Nestor “El Doogie” Olivares
Bueno, pues ya inició el proceso interno de MORENA para la elección de su candidato presidencial del 2024, por cierto, proceso que navega en las zonas oscuras de la legislación electoral al apegarse a la conveniente literalidad de lo que la ley marca, y bueno pues es MORENA y ya sabemos que ellos aplican el clásico “chingue su m@dre, sea o no sea legal, lo voy a hacer así y soporten”, como dicen los chavos de hoy.
Y seamos sinceros, a pesar de tener varios suspirantes, la atención se centra solamente en dos de ellos: Marcelo “El carnal” Ebrard y Claudia “No hay pedo, no termino de responder por la tragedia del Metro de la CDMX, pero yo me largo por la presidencial” Sheinbaum… y ya, y les voy a explicar por qué.
Otro de los suspirantes, Adán Augusto López, ya ex secretario de Gobernación, que pues como dirían los antiguos, es como la caca de perico: ni huele, ni hiede. Hablando en términos de marketing político, no tiene nada nuevo para ofrecer, sino seguir con el estilo de gobernar de López Obrador, teniendo en común lo viejitos y el estilo de hablar con marcado acento tabasqueño, pero hablando como producto, carece de totalmente de carisma y no veo la posibilidad de que un señor con aspecto de sepulturero, de peinarse con crema Wildroot y usar perfume English Leather pueda lograr llegar a la silla presidencial. Lo de Adán es ser quien hace el trabajo sucio para Andrés Manuel, quien amaga a legisladores y actores políticos para doblarse a la voluntad del cabecita de algodón, además, sigue siendo gobernador de Tabasco, porque al tomar el cargo en la Segob, pidió licencia del cargo, nada menso. Así, que solamente serviría de comparsa y tranquilamente regresaría a su estado y seguir aportando a la causa desde su trinchera.
Ricardo Monreal prácticamente ya no tiene dignidad política, luego de jugarle al rebelde por un rato y ser un personaje incómodo al interior de la Cuarta Transformación a tal punto de llegar a ser considerado una opción viable, ha bajado sus bonos, arrastrándose a los pies de López Obrador buscando salvar algo para su futuro político. Una comparsa más.
Ahora tenemos a los arrimados. El niño bonito del Partido Verde, Manuel Velasco, que como la diarrea, apareció de pronto en el cagadero de la sucesión, siendo la antítesis de lo que tenemos concebido como un personaje político de MORENA, vaya, este cuate siempre se ve bañadito, con los zapatos boleados y todo hermoso de su carita, el jijopucta; un Peña Nietito que viene a jugar a lo que siempre juega el Verde: ser una rémora política buscando su supervivencia, si estuviéramos en tiempos prianistas, sería buen gallo, aunque con eso de que se dice que MORENA es la cuarta transformación del PRI, algo pudiese suceder, pero sería tema para otra ocasión.
Gerardo Fernández Noroña… pues es el tío borracho que le da sabor a las fiestas familiares.
Bien, dicho lo dicho, enfoquémonos entonces en lo que nos truje: Marcelo vs Claudia, que aquí se viene lo chingüenguenchón y cuchicuchesco.
Todo mundo sabe que Claudia goza del favor del presidente, eso que dice en sus misas matinales de que “no hay favoritos, ni dedazo” pues es querernos ver la cara de pendejazos, AMLO se ha encargado de darle toda la protección y su respaldo en los momentos complicados durante su gestión en la CDMX y ella no ha hecho más que seguir repitiendo todo lo que salga de boca de su guía y mentor. Sin embargo, en últimas fechas se ha notado que le han soltado la manita desde Palacio, algo así como “bueno, mija, ya te enseñamos el caminito, ahora te toca demostrar si podrás o no” y es aquí donde la cosa se torna interesante, ya que Claudia solamente sabe bailar al son que le toque el presidente. Mentiras no estoy diciendo.
Si hablamos de Marcelo Ebrard, hablamos de un político de formación y experimentado, discípulo del ya finado Manuel Camacho Solís, de reconocida trayectoria política y considerado como una mente brillante en ese rubro y a quien Marcelo le debe mucho.
Durante este sexenio, Ebrard ha sido considerado como el “bombero” que ha venido a apagar fuegos amenazantes al gobierno de López Obrador, porque además del desmadre que el presidente ha ocasionado con sus declaraciones mañaneras contra España, Perú, Estados Unidos y sus intromisiones en temas políticos en el extranjero, Marcelo ha tenido que lidiar con temas de política migratoria, los cuales le conciernen a la Segob y hasta ser quien negoció el tema de las vacunas para enfrentar a la pandemia en México ¿o no recuerdan las ceremonias en donde él recibía los embarques de vacunas en el aeropuerto con aplausos y todo? Sin lugar a dudas, si hay un wey que ha sido efectivo en su encargo (y más) y ha dado resultados, ese ha sido Ebrard.
Pero aquí la historia juega un papel importante, ya que es necesario recordar las dos veces que Marcelo se ha tenido que bajar de contiendas electorales para favorecer a Andrés Manuel, pese a tener un alto grado de aceptación, una cuando López Obrador ganó la jefatura del Gobierno del entonces Distrito Federal y la otra, la candidatura presidencial del 2012, cuando Marcelo estaba “en su punto”, pero Andrés Manuel no lo dejó llegar. En pocas palabras, AMLO se la debe a Marcelo, todos lo sabemos, pero ante un López Obrador que ya en el poder se ha caracterizado por cambiar de opiniones, la preferencia por Claudia ha hecho que Marcelo tome la actitud de “nel, carnal, esta es la mía, sí o sí”.
Esto es lo que incomoda a Claudia, la capacidad de maniobra e iniciativa de Marcelo, donde él va marcando el paso y donde a ella se le nota fuera del ritmo, donde no ha podido ser propositiva, sino reactiva a lo que va sucediendo.
De ahí que Ebrard haya tomado la iniciativa, Marcelo se la sabe, tiene la preparación, el carisma y la experiencia con los que ha dado los golpes exactos, fue él quien empezó a presionar y presionar para que MORENA estableciera el método de selección de candidato, mientras Claudia quedaba callada, durante las elecciones de Coahuila y Edomex, Marcelo dijo que para tener piso parejo, todos los aspirantes deberían renunciar, Claudia dijo “renunciaré hasta que gane la encuesta interna”, Marcelo prometió dar a conocer su propuesta de método para selección de candidato, MORENA le dijo que aguantará, el presidente se mete para establecer él el método, diciendo que todos deben de renunciar a sus cargos y al día siguiente Marcelo es el primero en anunciar su renuncia, para luego ser el primero en registrarse como aspirante, ganándole el brinco a todos y jugando con el argumento “yo soy el primero”, marcando él la agenda, ya que después de él, todas las denominadas “corcholatas” han ido renunciando o pidiendo licencia para poder competir, incluso Claudia, con todo el dolor de su corazón; MORENA dijo que no daría un peso para las “no pre-campañas” de las corcholatas, Marcelo dijo que sí deberían darles presupuesto para poder ser parejos y fiscalizar esos recursos y ¡pum! al día siguiente, Mario Delgado anuncia que el partido les dará 5 melones a cada uno; que el acuerdo del consejo nacional morenista decía que los aspirantes no podían ir a medios “contrarios” a la 4T, Marcelo dijo “mis huevos, yo si voy con todos” y al rato sale el presidente a mostrarse más abierto al respecto.
Parece que López Obrador ha visto algo y se ha abierto a la posibilidad de que no sea Claudia, aunque puede que tenga cierto temor, ya que de todos los suspirantes, Marcelo es el único que no le debe nada a AMLO, sino lo contrario y en el caso de que Marcelo llegase a Palacio, Andrés Manuel no tendría las mismas seguridades que tendría con otro presidente o presidenta ya en el cargo, pero bueno, si hay algo en la política, son las negociaciones. (Ya aquí entre nos, yo digo que Marcelo sí le las cobraría).
Sí, Marcelo la quiere, sabe que se la deben y la quiere ganar, pero al parecer, quiere hacerlo a la buena y por eso va marcando la pauta, a ver si los demás le aguantan el ritmo.



