Adriana Del Valle
A días de la Jornada Electoral, la mayoría de los ciudadanos ya tiene definido su voto, y la sociedad exige mejores gobiernos, pero la pregunta es: ¿Realmente estamos reflexionando nuestra participación para conformar el Gobierno que México necesita?
La eficacia de una democracia depende de la configuración de su sistema político, y para ello se requiere pensar en preservar un sistema de pesos y contrapesos que prevenga, atienda y sancione las arbitrariedades de las autoridades, y así evitar la concentración del poder.
En efecto nuestra democracia no es perfecta, pero sí perfectible y depende de nosotros fortalecerla. Como bien sabemos, los procesos de selección de Ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, así como de quienes son Titulares de los Órganos Constitucionalmente Autónomos, depende de los poderes Ejecutivo y/o en su caso Legislativo, y para que el funcionamiento de estos sea óptimo, autónomo, independiente e imparcial, protejan y tutelen de forma plena los derechos fundamentales de las personas y se garantice el acceso a la justicia y al debido proceso; es indispensable que se tenga claro que su actuación se apega a la ley y no está sujeta a instrucción de persona o personas que representen alguno de los poderes, sino que su competencia y labor no debe verse invadida o afectada por presiones políticas o ajenas al estado de derecho, sino siempre salvaguardando la idoneidad a través de los mejores perfiles.
Defender el diseño constitucional, los principios ahí plasmados, y el ordenamiento jurídico, depende de la elección que hagamos de nuestros representantes y de la forma en que se distribuyan nuestros votos para evitar se diluya el equilibrio de poderes y se ponga en riesgo la seguridad jurídica de la sociedad.
Emitir un voto estratégico radica en que la ciudadanía a partir de su compromiso democrático y de una profunda reflexión, reconfigure la estructura del Sistema Político para establecer contrapesos efectivos. Pensar en si habrá un Congreso de la Unión capaz de cuestionar las iniciativas que provengan del Ejecutivo; si habrá un o una Presidente que omita la unilateralidad y tenga apertura de dialogo con la pluralidad de representantes y de atender la diversidad de demandas sociales.
La democracia es un compromiso continuo de quienes la conformamos, y en nuestro voto y participación reside el futuro de nuestro régimen político y la integridad de nuestras instituciones.




