El presidente Joe Biden se refirió al exmandatario republicano Donald Trump como un “delincuente convicto” este lunes, pocos días después de que un jurado de Nueva York lo declarara culpable de 34 cargos de falsificación de documentos. Esta declaración marca un momento sin precedentes en la historia de Estados Unidos, donde por primera vez un expresidente ha sido condenado por un delito.
Trump fue declarado culpable la semana pasada de falsificar documentos para encubrir un pago destinado a silenciar a una estrella del porno antes de las elecciones presidenciales de 2016. Durante una recaudación de fondos en Greenwich, Connecticut, Biden subrayó la gravedad de la situación: “Por primera vez en la historia de Estados Unidos, un expresidente que es un delincuente convicto ahora busca el cargo de la presidencia”.
Además, Biden criticó duramente los ataques de Trump al sistema de justicia estadounidense, calificándolos de “más dañinos”. Estas declaraciones se producen en un contexto de creciente tensión política y legal.
El propio Trump, por su parte, ha admitido la posibilidad de aceptar la prisión domiciliaria o la cárcel tras su condena, aunque mencionó que sería difícil que sus seguidores lo acepten. La sentencia está programada para el 11 de julio, apenas cuatro días antes de que los republicanos se reúnan para elegir formalmente a su candidato presidencial para las elecciones de noviembre, donde se enfrentarán nuevamente a Biden.
En contraste con su respuesta a la derrota electoral de 2020, que culminó en el ataque de sus partidarios al Capitolio el 6 de enero de 2021, Trump ha centrado sus esfuerzos en utilizar su reciente condena para intensificar su recaudación de fondos. Sin embargo, ha evitado movilizar a sus seguidores de manera directa en esta ocasión.
El desenlace de este caso y sus implicaciones para la política estadounidense siguen siendo inciertos, pero lo que está claro es que la condena de Trump ha añadido una capa de complejidad a la ya polarizada arena política de Estados Unidos.




