El presidente Donald Trump ha dado un giro radical a la política migratoria en Estados Unidos al eliminar las directrices que protegían a los migrantes de ser detenidos cerca de escuelas, hospitales e iglesias. La medida, anunciada el martes, ha encendido las alarmas en instituciones clave que temen por el impacto de esta política en las comunidades más vulnerables.
“Zonas protegidas” bajo amenaza
Las directrices implementadas por la administración de Joe Biden en 2021 buscaban limitar las detenciones en lugares considerados sensibles, como escuelas, hospitales e iglesias, con el objetivo de garantizar espacios seguros para las personas migrantes. Sin embargo, el secretario de Seguridad Nacional en funciones, Benjamine Huffman, anuló estas normas el lunes, marcando un cambio drástico en la estrategia migratoria.
Además, Huffman emitió una directiva para restringir el uso de la libertad condicional que permitía la entrada temporal de cientos de miles de migrantes al país, lo que complica aún más las posibilidades de regularización migratoria.
Un plan agresivo contra la inmigración ilegal
El anuncio forma parte de una serie de decretos firmados por Trump en su primer día de mandato, con el objetivo de deportar a millones de personas que se encuentran en el país sin documentación. “Estamos tomando medidas decisivas para recuperar el control de nuestras fronteras y garantizar la seguridad de nuestra nación”, declaró Trump tras firmar las órdenes ejecutivas.
Preocupación en comunidades e instituciones
La eliminación de estas protecciones ha generado preocupación en escuelas, iglesias y hospitales en todo el país. Estas instituciones han sido espacios clave para el apoyo a los migrantes y ahora enfrentan un escenario incierto. Algunas ya trabajan en planes de respuesta para proteger a las familias que podrían ser afectadas por redadas o detenciones.
“Esta medida pone en riesgo la confianza de comunidades vulnerables en lugares que tradicionalmente han sido refugios seguros”, expresó un portavoz de una organización religiosa en California.
Reacciones divididas
Mientras que los simpatizantes de Trump celebran estas decisiones como un paso necesario para combatir la inmigración ilegal, críticos y activistas advierten sobre el impacto humanitario de estas políticas. “Este endurecimiento no solo criminaliza a los migrantes, sino que también genera un ambiente de miedo y hostilidad en nuestras comunidades”, declaró un defensor de derechos humanos en Texas.
Un futuro incierto para millones de migrantes
Con estas medidas, Trump deja clara su intención de endurecer aún más la política migratoria en Estados Unidos. La eliminación de las zonas protegidas y las restricciones a la libertad condicional representan un nuevo desafío para los migrantes, quienes ahora enfrentan una lucha aún más compleja para garantizar su permanencia en el país.
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