La maestra jubilada Irma Hernández Cruz, de 62 años, fue encontrada sin vida la madrugada de este jueves tras cinco días de horror, luego de ser secuestrada a plena luz del día por un grupo armado en el centro de Álamo. La escena fue presenciada por ciudadanos, pero ignorada por las autoridades.
Irma no solo fue privada de su libertad, también fue usada por sus captores para enviar un mensaje grabado en video dirigido a los taxistas locales: pagar “cuotas” o enfrentar represalias. Una mujer mayor, con una vida dedicada a la educación, fue obligada a leer el guion del crimen organizado… sin reacción alguna del Estado.
El cuerpo de Irma fue hallado en una brecha entre Tepetzintlilla y Cerro Azul. Aunque se presume que fue ejecutada, la Fiscalía de Veracruz no ha informado oficialmente la causa de muerte, y el gobierno de la entidad permanece en total silencio, incluido el de la gobernadora Rocío Nahle, señalada directamente por los familiares de la víctima para intervenir.
Este no es un caso aislado, es un mensaje brutal: “Aquí mandamos nosotros”. En el norte de Veracruz, las balas hablan más fuerte que las leyes, y el crimen organizado parece tener más poder que las instituciones.
Irma era madre, amiga, taxista y maestra de generaciones. Ahora es una víctima más de la violencia silenciada, de un Estado que elige esconderse tras los trámites mientras la sangre sigue corriendo por las calles.
¿Dónde está la justicia? ¿Dónde está el Estado? ¿Quién protege a los ciudadanos cuando el crimen opera con total libertad?
La comunidad no solo está de luto. Está harta. Y exige respuestas. Ya no basta con indignarse: la impunidad también mata.
¡Gracias por ser parte de la Experiencia de la Libertad con la comunidad de Agendamx!
¡Visita y suscríbete a nuestro canal en Youtube, dando click a la imagen!





