En México, donde más de 130 mil personas están desaparecidas, un grupo de científicos está haciendo algo impensable… y brutalmente necesario: usar cadáveres de cerdos para imitar cómo los cárteles ocultan cuerpos.
Sí, leíste bien.
Investigadores de universidades como la UNAM, la de Guadalajara y hasta Oxford, están enterrando cerdos vestidos, encintados, trozados o quemados, tal como lo hacen los grupos criminales. ¿El objetivo? Entender cómo cambia el entorno tras un entierro clandestino y usar la tecnología más avanzada para detectar esas huellas invisibles.
“Hasta las flores nos dan pistas”, dice José Luis Silván, del CentroGeo, señalando que ciertas plantas crecen sobre fosas por la acumulación de fósforo. Los drones hiperespectrales —usados en minería— detectan variaciones de clorofila, potasio y nitrógeno, revelando el lugar exacto donde puede haber un cuerpo.
Esto no es CSI, aclaran. Aún falta mucho para convertirlo en una solución mágica, pero representa una esperanza para miles de familias que durante años han buscado con varillas y el olfato en territorios tomados por el crimen organizado.
Jalisco, donde el Cártel Jalisco Nueva Generación reina con violencia, suma más de 15 mil desaparecidos. En marzo se descubrió un rancho usado como centro de reclutamiento donde había restos óseos y cientos de objetos personales.
El proyecto también estudia insectos, mapas, suelos y temperaturas del subsuelo. Incluso tienen una fosa experimental con una ventana para observar la descomposición de un cerdo en tiempo real. Todo para que la ciencia haga lo que el Estado ha dejado pendiente: encontrar a los que faltan.
💥 La nueva esperanza no está en los discursos… está bajo tierra, entre flores, cerdos y ciencia.
¡Gracias por ser parte de la Experiencia de la Libertad con la comunidad de Agendamx!
¡Visita y suscríbete a nuestro canal en Youtube, dando click a la imagen!





