El Pacífico mexicano volvió a ser escenario de un golpe al narcotráfico: una lancha con 601 kilos de cocaína fue interceptada frente a las costas de Guerrero, cargada con 600 paquetes envueltos en plástico negro y cuatro tripulantes que no lograron escapar de las fuerzas federales.
La operación, resultado de patrullajes aéreos y marítimos, fue coordinada entre la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana, la Marina, la Sedena, la Guardia Nacional y la Fiscalía General de la República. El hallazgo se suma a incautaciones recientes que ya acumulan más de 1.5 toneladas de cocaína aseguradas en menos de una semana.
De acuerdo con la SSPC, el decomiso equivale a frenar la circulación de 1.2 millones de dosis y un golpe económico al crimen organizado de casi 140 millones de pesos.
En lo que va de la administración de Claudia Sheinbaum, las autoridades reportan más de 47 toneladas de droga decomisadas en altamar, una cifra que presume resultados, pero también exhibe la magnitud del negocio ilícito que se mueve por las aguas mexicanas rumbo a Estados Unidos.
El mensaje es claro: mientras el Gobierno presume golpes históricos al narco, las narcolanchas siguen navegando las costas del país como símbolo de un tráfico que, aunque golpeado, sigue vivo y multimillonario.
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