¡El rancho del horror! Descubren fosa clandestina en San Rafael y el silencio del gobierno hiela la sangre

La paz en la comunidad de Tepetates fue arrancada de raíz. Lo que antes era una zona tranquila, hoy es escenario de un hallazgo digno de una pesadilla: una fosa clandestina en el “Rancho Murrieta”, presuntamente ligado al crimen organizado, donde ya se han exhumado tres cuerpos y podrían ser muchos más.

El olor a muerte flota en el aire y el ir y venir de las camionetas del Servicio Médico Forense (SEMEFO) confirma lo que todos temen: la tierra sigue tragando secretos. El sitio, una casa semiabandonada que servía como fachada para actividades ilícitas, fue localizado gracias a una operación de inteligencia de la Secretaría de Seguridad Pública y la Fiscalía General del Estado.

El horror comenzó a destaparse tras el secuestro de un taxista y su esposa Nayeli “N”, de Martínez de la Torre. Él sobrevivió para contarlo. Ella, no. Su cuerpo apareció golpeado hasta la muerte, y su tragedia llevó a los agentes hasta el rancho convertido en un infierno subterráneo.

Pero lo más indignante no son solo los cuerpos. Es el silencio sepulcral del gobierno.
Ni la Fiscalía ha ofrecido detalles, ni la gobernadora Rocío Nahle ha dicho una sola palabra. Y mientras las excavadoras remueven la tierra, no hay un solo detenido.

San Rafael se hunde en el miedo. Este año acumula al menos cuatro personas desaparecidas, y en los municipios vecinos suman más de diez. Cada fosa encontrada parece confirmar que la violencia no se ha ido: solo cambió de escondite.

👉 El “Rancho Murrieta” no es solo una escena del crimen. Es el espejo brutal de un Veracruz donde la impunidad florece y la justicia, una vez más, se entierra viva.

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