Fuente: Oved Contreras en su columna Secas Mecas:
Oved Contreras expone cómo el gobierno de Rocío Nahle ha emprendido una campaña para desacreditar a quienes critican su gestión tras las inundaciones en Poza Rica y otras zonas del norte de Veracruz. Primero, dice, atacaron a damnificados y creadores de contenido que exhibieron la falta de atención oficial. Ahora, el blanco son los estudiantes de la Universidad Veracruzana (UV), que protestaron por la negligencia que causó la muerte de una alumna y denunciaron al rector Martín Aguilar. Las consignas contra Nahle desataron furia en Palacio de Gobierno.
El periodista también retrata al influencer “El Panzas”, quien se ha vuelto símbolo de apoyo real en las colonias afectadas, en contraste con funcionarios morenistas que solo buscan cámaras. Además, revela nuevos casos de corrupción en el municipio de Alto Lucero y el derroche del alcalde electo de Xico, que celebró una boda de lujo pese a la “austeridad republicana”.
El Gobierno de Nahle en crisis: atacan a jóvenes, censuran a influencers y se hunden en sus propios escándalos
Por Oved Contreras, el columnista de Secas Mecas, llega una radiografía brutal del caos político y moral que atraviesa el gobierno de Rocío Nahle en Veracruz: una administración que, en lugar de escuchar, ha decidido atacar.
Primero fueron los damnificados de Poza Rica, quienes osaron exigir trato digno tras perderlo todo en las inundaciones del norte del estado. Luego, el fuego oficial apuntó a youtubers e influencers que documentaron la tragedia, denunciando zonas olvidadas y la ausencia total del gobierno. Ahora, el nuevo enemigo público son los estudiantes universitarios que se atrevieron a romper el silencio.
Los jóvenes de la Universidad Veracruzana (UV) marcharon indignados tras la muerte de una alumna de Psicología en Poza Rica, víctima —según los manifestantes— de la negligencia institucional. Exigieron justicia, denunciaron omisiones y responsabilizaron tanto al rector Martín Aguilar como a las autoridades estatales.
Pero lo que realmente hizo temblar a Palacio de Gobierno fueron sus consignas:
“¡Fuera Nahle!” y “¡El que no brinque es Nahle!”
Esas frases bastaron para encender la maquinaria propagandística oficial. Desde las redes de la 4T, brotaron ataques coordinados acusando a los jóvenes de “politizar” la tragedia y de servir a intereses opositores. El mensaje es claro: en el Veracruz de Nahle, quien protesta se convierte en enemigo.
Los influencers que sí ayudan (y los burócratas que solo posan)
Mientras el gobierno intenta controlar la narrativa, en las calles el contraste es demoledor.
El influencer “El Panzas”, originario de Acapulco, se ha convertido en un héroe inesperado entre los damnificados. Con su estilo sencillo y humor costeño, reparte víveres, corta árboles caídos y levanta el ánimo donde las autoridades no aparecen. Sus videos, con cientos de miles de vistas, exhiben la realidad: no hay presencia oficial, ni marinos, ni brigadas, solo ciudadanos ayudando a ciudadanos.
Esto ha irritado profundamente a los defensores de Nahle, que lo tachan de “carroñero” por supuestamente “monetizar la tragedia”. Pero la gente lo ve distinto: el Panzas está donde el gobierno no.
En contraste, personajes como David Agustín Jiménez, subsecretario de Educación Media Superior, solo llegaron a Poza Rica a tomarse fotos para redes sociales. “El rey panzón”, como lo llama Contreras, buscó protagonismo mientras los damnificados seguían esperando ayuda real.
Austeridad de dientes para afuera
Y como si no bastara el desastre humanitario, la 4T veracruzana sigue sumando escándalos de corrupción y despilfarro. En Alto Lucero, el alcalde Luis Vicente Aguilar, hijo del dirigente del PT, permite que su regidor Jesús Rivera Castillo meta en la nómina a su madre y a su esposa, María José Pérez Matzumoto, pariente de la exombudsperson Namiko Matzumoto.
Mientras tanto, en Xico, el alcalde electo Eduardo Pozos, también de Morena, tiró la casa por la ventana para celebrar su boda de lujo con su pareja Alejandro. Nada de austeridad republicana: banquete, música y hasta luna de miel en París.
El mensaje que queda es demoledor: mientras Veracruz se ahoga, los funcionarios de la 4T brindan con champaña y la gobernadora se ocupa más en defender a los suyos que en responder a los muertos y desaparecidos del norte.
La columna de Oved Contreras no solo destapa una serie de abusos y contradicciones, sino que dibuja a un gobierno estatal desbordado, intolerante y sin rumbo.
En Veracruz, donde la tragedia se pudo evitar y la protesta se criminaliza, la promesa de transformación terminó convertida en un triste espectáculo de ego, cinismo y propaganda.
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