Una nueva bomba política sacude a América Latina: el exsubsecretario del Tesoro de Estados Unidos, Marshall Billingslea, acusó al régimen de Nicolás Maduro de haber financiado campañas electorales en varios países de la región, incluido México.
Durante su comparecencia ante el Congreso estadounidense, Billingslea —quien encabezó la Oficina de Financiamiento del Terrorismo en la administración de Donald Trump (2017-2021)— aseguró que “dinero corrupto proveniente de Venezuela” fue canalizado para apoyar proyectos políticos en Colombia, Brasil y México. “Se ha encontrado dinero (de Maduro) en México, en Brasil y en la campaña de Petro”, sentenció el exfuncionario.
Las acusaciones, que podrían reconfigurar el tablero político latinoamericano, colocan nuevamente a Venezuela bajo los reflectores de Washington. Desde Caracas, Maduro respondió con furia, acusando a Estados Unidos de impulsar una “operación de cambio de régimen” mediante la CIA y de desplegar fuerzas militares cerca del Caribe como parte de una política de “hostigamiento y agresión”.
“Vemos con extrema alarma el uso de la CIA y los despliegues militares en el Caribe”, denunció el mandatario venezolano, evocando el golpe de Estado de 1973 en Chile contra Salvador Allende.
Mientras el Capitolio norteamericano busca pruebas concretas sobre el presunto financiamiento ilegal, la tensión entre Caracas y Washington escala a niveles peligrosos. Si se confirma la infiltración de recursos venezolanos en campañas de otros países, el escándalo podría sacudir los cimientos políticos de México y Sudamérica, y abrir una nueva etapa de confrontación regional.
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