En el corazón del emblemático pueblo mágico de Tepoztlán, la calma se rompió no por los tambores del carnaval, sino por la indignación comunal. Los habitantes acusan nada menos que al senador Gerardo Fernández Noroña y a la gobernadora Margarita González Saravia de intervenir y sabotear la elección del nuevo comisariado de bienes comunales, un proceso que debía ser autónomo, limpio y decidido por los propios tepoztecos.
En conferencia de prensa, los comuneros señalaron que la Procuraduría Agraria Federal primero firmó la convocatoria oficial para los comicios, pero luego se echó para atrás, presuntamente tras presiones políticas. “Creemos que fue por Noroña, el presidente municipal Perseo Quiroz y la gobernadora”, denunció Francisco Javier Almazán, visiblemente molesto.
La elección, que debía realizarse el 26 de octubre, fue suspendida por orden del Tribunal Agrario, con el argumento de que no existían condiciones de seguridad. Sin embargo, los comuneros aseguran que el proceso se llevó a cabo sin incidentes ni violencia, con la presencia de un notario público que dio fe del acto.
“Violaron nuestros derechos como comunidad. Desde el Tribunal Agrario hasta la gobernadora, todos intervinieron para manipular nuestra elección”, reclamó Félix Cuevas, expresidente del comisariado.
Además, Cuevas acusó a Esteban Ramírez Castañeda de haber invadido tierras restituidas y de operar para desconocer al nuevo comisariado, en un intento por mantener el control político sobre los bienes comunales.
Los comuneros exigen que las autoridades saquen las manos del proceso y reconozcan a los representantes elegidos democráticamente por la asamblea. “Tepoztlán tiene voz, tiene ley y tiene dignidad”, advirtieron.
Lo que parecía un trámite agrario se convirtió en un nuevo frente de batalla entre el poder político y las comunidades originarias. En un pueblo donde la tierra tiene historia, los tepoztecos vuelven a recordarle al poder: “Aquí manda el pueblo, no los políticos.”
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