El hartazgo volvió a tomar las calles. Cerca de 800 oaxaqueñas y oaxaqueños marcharon este sábado desde la Fuente de las 8 Regiones hasta el Zócalo capitalino para exigir algo que debería ser básico, pero que en México se volvió un lujo: seguridad.
Convocados bajo el paraguas nacional de Generación Z, el movimiento que surgió tras el asesinato del alcalde de Uruapan, Carlos Manzo, los manifestantes avanzaron entre consignas contra la violencia que asfixia al país… y también contra el poder político que la permite.
“No más inseguridad… y no más nepotismo”
Mientras el contingente avanzaba hacia el corazón de la ciudad, las voces se endurecieron:
denuncias de nepotismo en el gobierno estatal, reclamos a la administración de Morena y exigencias de un alto total a la violencia marcaron la ruta.
Al llegar al Zócalo, los participantes colocaron carteles frente al Palacio de Gobierno. No fue solo una protesta: fue un mensaje directo, crudo y sin filtros a quienes prometieron cambios y dejaron pendientes las cuentas más urgentes.
Una “Generación Z” más grande de lo que muchos creen
Aunque la etiqueta sugiere un movimiento juvenil, esta marcha mostró otra realidad:
80% de los participantes eran adultos, muchos de ellos cansados, indignados y convencidos de que si ellos no levantan la voz, nadie lo hará.
La marcha no buscó likes ni discursos: buscó respuestas.
Y lo que dejó claro es que en Oaxaca, como en todo el país, la paciencia ya se agotó.
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