El reinado de Fátima Bosch, la mexicana coronada Miss Universo 2025, nació rodeado de glamour… y ahora también de un estruendo internacional.
Omar Harfouch, exintegrante del jurado que renunció en plena recta final del certamen, estalló en redes sociales y calificó a Bosch como una “falsa ganadora”, asegurando que su triunfo fue cocinado desde la cúpula del concurso.
En Instagram, Harfouch —músico franco-libanés— señaló directamente al presidente de Miss Universo, Raúl Rocha, a quien acusa de tener negocios con el padre de Bosch.
Según él, esa relación fue suficiente para inclinar la balanza y regalar la corona.
Y asegura que lo advirtió horas antes en entrevista exclusiva para HBO.
Su publicación ya voló: casi 80 mil likes y más de 11 mil comentarios en pocas horas.
El video incluye imágenes del exjurado siendo entrevistado mientras afirma que el resultado estaba pactado.
Abucheos, gritos y un público indignado
La polémica escaló aún más cuando Harfouch difundió videos donde parte del público —e incluso concursantes— abuchean enfurecidos al escuchar el nombre de Bosch en el escenario final.
Una escena inédita para un certamen que presume excelencia y transparencia.
Un concurso que venía en caída libre
Las tensiones no surgieron el día de la final.
Días antes, la organización ya estaba hundida en el caos: el empresario tailandés Nawat Itsaragrisil insultó públicamente a Bosch, llamándola “tonta” durante una transmisión en vivo al exigirle participar en una dinámica para cenar con él.
El incidente, que provocó la salida de varias reinas del lugar, terminó con Nawat sancionado y apartado de sus actividades.
Y eso no fue todo. Harfouch y el exfutbolista francés Claude Makélélé renunciaron al jurado denunciando una votación secreta e irregular encargada a personas ajenas al comité oficial, encargadas de preseleccionar a 30 finalistas.
La pregunta que incendia las redes
¿Fue Fátima Bosch la mejor… o la mejor conectada?
¿Ganó por mérito… o por negocios familiares?
Lo que debía ser una celebración histórica para México se ha convertido en un tsunami mediático que pone a Miss Universo al borde del descrédito global.
Y el grito en redes suena más fuerte cada minuto:
“¡Queremos la verdad del fraude en Miss Universo!”
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