Una conversación sincera entre emprendedoras expone la cruda realidad detrás de los negocios propios. En el podcast “Lo que callamos las emprendedoras” de Agendamx, la anfitriona Blanca Carolina Mejía Zacarías y su invitada, Mabe Cuevas, fundadora de “Mabe Cuevas Repostería”, abrieron el debate sobre los “momentos más humildes” y los límites que se ven obligadas a sobrepasar por sus clientes.
La pastelera que conquista retos, ¡pero olvidó la agenda!
Mabe Cuevas, quien además de emprendedora es mamá de tres niños y profesora, compartió su trayectoria. Su negocio de repostería, que incluye pasteles, galletas, y gelatinas, nació durante la pandemia y está cerca de cumplir cinco años. Mabe es reconocida por su creatividad y por aceptar retos de diseño complejos, como el famoso pastel de capibara.
Sin embargo, Mabe Cuevas reveló su “momento más humilde” y difícil hasta ahora: olvidar o confundir la fecha de entrega de un pastel.
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El error ocurrió un viernes. Mabe tenía el pedido anotado para el domingo, pero la clienta lo esperaba ese mismo viernes a las 2:00 p.m.
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La emprendedora se dio cuenta del error cuando la clienta le preguntó a las 11:00 a.m. cómo iría vestida, lo que la hizo revisar el chat.
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El mayor miedo de Mabe fue la reacción de la clienta y ser etiquetada negativamente en redes sociales.
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Afortunadamente, la clienta fue muy amable y aceptó una entrega más tarde. Mabe, como compensación y por sentido de responsabilidad, le entregó el pastel en su domicilio personal, el cual estaba “lejísimos” de sus puntos de entrega habituales.
El lado oscuro de emprender: Falta de empatía y el ‘BBB’
Carolina y Mabe coincidieron en que existe una falta de empatía por parte de los clientes. A menudo, las personas no dimensionan el trabajo, la inversión y el esfuerzo detrás de los productos artesanales, especialmente los alimentos.
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Se criticó la tendencia de clientes que buscan las famosas “Tres B” (Bueno, Bonito y Barato) o que piden productos muy elaborados de un día para otro, sin entender los largos procesos de preparación (como el secado y pintado de galletas).
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Se destacó que las emprendedoras, como Mabe, deben conciliar la producción, la desvelada, el cuidado de los niños, y a veces, otro trabajo.
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El error de Mabe (confundir la fecha) la obligó a implementar una lección clave: confiar menos en los post-its y revisar más a fondo los pedidos y detalles, incluyendo el sabor del pan, el relleno y la decoración.
No todo es perfecto
Mabe Cuevas envió un mensaje a otras emprendedoras para desmitificar la perfección en los negocios:
“No siempre vas a tener ventas altas, hay épocas de bajas y altas ventas y depende de las temporadas”. “No a todos les va a gustar tu producto… y obviamente, pues, es algo válido, no hay que molestarse”. “Si de verdad es lo que nos gusta, si de verdad es lo que nos apasiona, pues estar conscientes que la paciencia debe ser lo principal en este mundo del emprendimiento”.
Las emprendedoras concluyeron que hay que “quitarle lo romántico a ser tu propio jefe” , ya que es una responsabilidad muy grande y las historias como la de Mabe son necesarias para mantener los “pies en la tierra”.
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