En el Podcast “Apuntes”, Francisco Montfort Guillén, Martín Quitano Martínez y Tomás González Corro, platicaron sobre la salida de Guertz Manero de la Fiscalía General de la República y el retorno de López Obrador a la visibilidad.
El ámbito político fue sacudido por una ruptura dentro del grupo de Morena: la defenestración del Fiscal General de la República, Alejandro Gertz Manero. Se reporta que el fiscal fue “literalmente… corrido a patadas de la fiscalía” bajo amenazas o acuerdos. Esta salida repentina fue tensada por la presunta filtración de archivos y expedientes a los medios de comunicación , lo cual afectó gravemente su relación con Claudia Sheinbaum y el “mismísimo Santón” Andrés Manuel López Obrador.
Gertz Manero es descrito como un “personaje de novela” que, al estilo de viejos priistas, siempre parecía “caer parado” y logró generar confianza en presidentes como Calderón, Peña Nieto y AMLO. Sin embargo, el consenso es que su labor estuvo marcada por “nulos resultados reales y efectivos” a favor de la justicia. En su gestión no hay una sola mención a un éxito como fiscal ; por el contrario, su habilidad fue ganarse la confianza de sus superiores basándose en “desactivar problemas” y “encubrir otros”.
El encubrimiento y el maxiproceso evitado
Gertz Manero supo desviar la atención de problemas mayúsculos, disfrazando los grandes problemas que enfrentaron la pasada y la actual administración. Entre los casos más graves que evitó investigar o escalar se encuentran el del hijo de “El Chapo” Guzmán y, sobre todo, el del “huachicol fiscal”. Este último caso significó una merma al erario de ochocientos mil millones de pesos y es considerado simbólico por dirigir el crimen organizado “desde el gobierno y al parecer desde la misma presidencia de la República”.
La última filtración, que involucraba al empresario Rocha (codueño de Miss Universo) y las actividades de tráfico de combustible y armas que tocaban “muy muy cerca a la familia del presidente” , generó la “tormenta perfecta” para un “maxiproceso” que Gertz Manero se negó a iniciar.
El retorno del “Macho Lomo Plateado”
La crisis generada por el fiscal puso nerviosa a la cúpula, hasta el punto en que Claudia Sheinbaum “ya no lo podía manejar”. Ante esto, López Obrador reapareció con el pretexto de presentar digitalmente su libro, en lo que se interpretó como un “teatro del absurdo”. Su intervención fue una “vieja práctica pueblerina de sacar al santo a las calles” para contener la tormenta.
El mensaje político fue inconfundible: “yo soy el que sigue viendo las cosas”. AMLO se presentó como un factor de poder “por arriba de la presidencia” , recordándole a todos que el poder máximo en México no reside en la institución presidencial, sino en “la persona de ese señor de Tabasco”. Esta situación, en donde “la presidenta vive en palacio, pero el que manda vive en la chingada” , recuerda al Maximato y evidencia la debilidad de la presidencia de Sheinbaum. Ella, incluso, se percibió “feliz” y “orgullosa” de haber sido rescatada por su protector, como ya lo había hecho en casos como el Colegio Rébsamen o el Metro.
El fin de la autonomía
La salida de Gertz Manero y su reemplazo por Ernestina Godoy, una funcionaria vista como “subordinada absolutamente al poder” y sin margen de autonomía , marcan el “entierro” de la visión de las Fiscalías Autónomas. Los analistas lamentan que el país esté “negado a mejorar nuestra cultura política” , regresando a una procuraduría dependiente del ejecutivo y profundizando la “construcción autoritaria, autocrático” del país.
Para concluir, la reaparición de AMLO fue una “cara dura presentación de su libro grandeza” que no es más que una referencia a la megalomanía del personaje , cuyo “apunte de salida” fue un mensaje machista para decir: “el que manda soy yo en este país” , al tiempo que advierte que su narrativa belicosa sobre un “golpe de Estado” está destinada a quienes se opongan a sus designios.
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