India acaba de soltar una bomba en el tablero global: un niño de apenas tres años, siete meses y 20 días se convirtió en el ajedrecista más joven del planeta reconocido por la Federación Internacional de Ajedrez (FIDE). Su nombre es Sarwagya Singh Kushwaha, y mientras la mayoría de los niños de su edad apenas alinean bloques de colores, él ya colecciona victorias sobre jugadores clasificados en torneos oficiales.
Con un registro inicial de 1,572 puntos en partidas rápidas, Sarwagya no solo hizo historia: también arrebató el récord que, irónicamente, estaba en manos de otro niño indio. Sí, India está produciendo genios como si fuera producción en serie.
Su padre, visiblemente orgulloso, declaró que todo empezó como un intento por alejarlo de las pantallas. El plan terminó creando un prodigio mundial que hoy deja boquiabierta a la comunidad ajedrecística internacional.
Pero este caso no es una anécdota aislada: es parte del fenómeno que está convirtiendo a la India en la nueva superpotencia del ajedrez. Con gigantes como Viswanathan Anand en su historia y una ola de talentos infantiles que surgen cada mes, el país parece decidido a dominar el tablero global.
La hazaña de Sarwagya llega poco después de que India fuera sede de la Copa Mundial de la FIDE, un evento con más de 200 jugadores élite que terminó coronando al uzbeko Javokhir Sindarov. Otra prueba de que el ajedrez respira, crece y explota en el país asiático.
Hoy, el mundo del ajedrez tiene un nuevo rey… y apenas sabe hablar.
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