Ya no más casas blancas. Llegó la Ley 3 De 3

Viridiana Bretón Feito

No cabe duda que la unión hace la fuerza y el logro de reunir 291 mil 647 firmas de la iniciativa ciudadana conocida como Ley 3 De 3 es un ejemplo de ello.

Organizaciones ciudadanas, empresariales e instituciones académicas cansadas de la corrupción que impera en nuestro país, buscaron una solución, la propuesta para que los  diputados, senadores, presidentes municipales y hasta el presidente de la República transparenten a través de tres documentos.

Estos son: La Declaración Patrimonial ¿Cuánto tienen?, la Declaración de intereses ¿Dónde han trabajado y quiénes son sus compadres, amigos o prestamistas? Y por último la Declaración  Fiscal, que no sólo gasten nuestros impuestos sino que también contribuyan a pagarlos. Esta Ley define los tipos de corrupción y cómo castigar a los que caigan en ella.

Según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) México es el país número 95 de 165 en el ranking de la corrupción mundial, bajo este esquema la indignación social, que ya no sólo se palpa en estadísticas sino en la pobreza extrema y falta de servicios que sufre nuestra nación, alzó la voz y puso las cartas sobre la mesa.

De manera conjunta el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO), el Centro de Investigación y Docencia Económica (CIDE), el Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM), el Tecnológico de Monterrey (ITESM), el Consejo Coordinador Empresarial (CCE), el Centro de Estudios Espinosa Yglesias (CEEY), la Confederación Patronal de la República Mexicana (COPARMEX), la UNAM entre otros organismos lograron triplicar las firmas requeridas para presentar la propuesta al Senado.

Según las estadísticas de la plataforma Ley 3 de 3 subida desde hace ya más de un año,  sólo 404 funcionarios han publicado #3de3; ni uno del gabinete federal, nueve gobernadores, 15 senadores, 98 diputados federales, nueve gobernadores, tres partidos políticos, 18 presidentes municipales, siete jefes delegacionales y 50 diputados locales. Estos datos arrojan el  mínimo porcentaje de políticos en funciones con cultura de transparencia.

Todos los ciudadanos buscamos confianza en la clase política, por lo que estas firmas obtenidas dan una esperanza de que se puede y debe evaluar el compromiso real de cada uno de los que llegaron con nuestro voto a ocupar un puesto público.

Un aplauso merece este avance, ahora nos toca observar y dar seguimiento puntual de que esta encomienda se lleve a cabo y no quede sólo en papel, es nuestra obligación cívica exigir para que ocurra el cambio anhelado.