China lanza una ofensiva para fijar el precio del oro

China desafía al sistema de fijación del precio del oro en dólares, con un mecanismo propio que establecerá de forma autónoma el valor del metal en yuanes, su moneda válida en el exterior. De esta manera China pretende arrebatar a Londres el papel de principal parqué de fijación del coste de los lingotes, impulsando a la vez la difusión de su moneda en el mundo. Actualmente, en Shanghái un gramo de oro se compra por 256,92 yaunes (unos 40 dólares), lo que llevaría la onza a un valor aproximado de 1.233 dólares.

China es el mayor importador y consumidor de oro en el mundo, junto con India, y uno de los principales productores, junto con Sudáfrica. Hasta ahora, sin embargo, el gigante asiático ha tenido que comprar o vender oro a precios que se fijaban más allá del Océano. La capital británica es donde se decreta el valor del oro en el mundo, después de dos subastas diarias entre los cinco principales bancos de metales preciosos. Desde el pasado martes, China ha adoptado un mecanismo de subastas parecido, aunque son 18 las entidades que participan en las pujas. De ellas, solo dos son internacionales: ANZ y Standard Bank. Ambas instituciones tienen licencias de importación de oro en China.

“El referencial de oro de Shanghái ayudará a mejorar el mecanismo de precios en yuanes y promoverá la internacionalización del mercado del oro chino”, comentó Pan Gongsheng, vicegobernador del Banco Popular de China, el día de la oficialización del nuevo mecanismo de pujas. “Tener más influencia en el mercado de oro corresponde a una estrategia de largo plazo para ampliar el papel del yuan como moneda global”, agregó Jiang Shu, analista jefe de Shandong Gold Financial Holdings Capital Management, en declaraciones a la agencia Bloomberg.

Evitar una perestroika

La escalada del yuan como moneda de intercambio mundial vivió su momento álgido en noviembre, cuando logró entrar en la cesta de divisas del Fondo Monetario Internacional que componen su derechos especiales de giro (SDR, en su sigla en inglés). Esta inclusión, que se hará efectiva a partir de octubre, convertirá a la divisa china en una moneda de reserva internacional. Pero el objetivo del gigante asiático en el corto plazo es “hacer confluir en un valor único las dos monedas chinas, la externa [el yuan] y la interna [el renminbi]”, explica Miguel Ángel Bernal, profesor de IEB. Por eso utiliza el oro: “Para evitar que la liberalización de su mercado no acabe en una implosión de la economía, tal y como ocurrió en la ex URSS”, apunta Bernal.

En los últimos meses China aprobó una cantidad ingente de préstamos e inyectó mucho dinero, lo que permitió a su economía recuperar parte del terreno perdido en verano. En el primer trimestre del año el PIB del país asiático creció un 6,7%. Una cifra que representó una desecaleración con respecto al mismo periodo del año anterior, pero que resultó tranquilizadora tras el desplome bursátil del verano, que tanto asustó a los observadores externos y a los inversores chinos.

Aquella caída fue precedida por la comunicación, en julio de 2015 —tras seis años de silencio—, de que las reservas internas de oro habían aumentado en más de un 50% desde 2009, hasta las 1.763 toneladas de hoy (un aumento del 194% con respecto a hace diez años), según datos del Consejo Mundial del oro. “China tiene una grandísima producción de oro y una compra de este metal por parte de sus ciudadanos y empresas, interesados en invertir en activos menos volátiles que las acciones o los bonos, le permitiría recaudar mucho dinero”, apunta el catedrático. Y pronostica: “De esta forma mejorará su liquidez y podrá seguir con la compra de empresas estratégicas por el mundo”.

Fuente: El País