‘El contrapeso de AMLO será la opinión pública’: Fabrizio Mejía Madrid

¿Cuáles fueron los argumentos que llevaron a treinta millones personas a votar por Andrés Manuel López Obrador? Fabrizio Mejía Madrid intenta responder a esta pregunta en Crónica de la victoria (Planeta), libro donde analiza lo sucedido en la jornada del 1 de julio.

En entrevista, el escritor analiza el proceso de transición de poder entre Enrique Peña Nieto y Andrés Manuel López Obrador, y reconoce que el presidente electo necesita construir una nueva relación entre los medios, el Congreso y los partidos políticos.

Planteas tu crónica como una fiesta ciudadana, ¿por qué?

Quería descentrar la victoria del 1 de julio del candidato López Obrador y ubicarme en los treinta millones de votantes. Mientras estábamos en el Zócalo esperándolo para celebrar, suponía que alguien más haría la crónica del primer triunfo de la izquierda en la presidencia. Pero no, nadie la hizo y por eso me puse escribirla. Es una crónica sobre los votantes y no sobre Andrés Manuel, entre otras cosas porque ya hay varios libros acerca de él.

Treinta millones te llevan a la presidencia, pero también generan mucha expectativa.

Andrés Manuel llega por tres ejes. Uno, su planteamiento contra la violencia y a favor de la amnistía lo cual le permite que se le abran plazas que normalmente no son accesibles para los funcionarios, como Tamaulipas. Gracias a esto ciertos grupos armados no intervinieron en la elección. La amnistía cambió el parámetro de cómo atender el problema. Mientras que Calderón dijo: como son delincuentes no tienen derechos; Andrés Manuel, cambió el orden del planteamiento. Dos, la corrupción: lo sucedido durante este sexenio fue escandaloso y por medio López Obrador proyectamos nuestro enojo porque él ha sido un político honesto. Tres, el menosprecio expresado en el racismo, en los prejuicios y en miles de mexicanos que no son reconocidos en términos de identidad y merecimiento. Esto es lo que está en el fondo de los treinta millones que votaron por él.

Hablas de racismo, añadiría clasismo también. Ahora el panorama parece dividido entre chairos y fifís.

Acaban de salir nuevos datos del estudio de movilidad social y color de piel realizado por el INEGI y está clarísimo que hay una estructura institucional que menosprecia y clasifica a la gente por color de piel y el aspecto. Necesitamos erradicarlo. Una sociedad más justa es una sociedad de merecimientos. Si haces méritos y tienes talento debes tener un lugar distinto a quien solo vive por su apellido, color de piel o conectes con el poder. Morena supo reunir personajes emblemáticos de esto como Nestora Salgado o “El Mijis”, a los que se sumaron gente como Tatiana Clouthier o los empresarios de Alfonso Romo.

¿Cómo coinciden Alfonso Romo, Nestora Salgado, el PES o el Partido Verde en un proyecto? ¿No es contradictorio?

Andrés Manuel siempre ha articulado su movimiento a partir de alianzas. Cuando denunció el Fobaproa recibió unas cajas con papeles del financiamiento del PRI en Tabasco, evidentemente se los enviaron porque estaba buscando una alianza y le funcionó. Cuando implementó el Plan de Austeridad en la Ciudad de México se quedó sin dinero para invertir en el Centro Histórico, por eso buscó a Slim, quien condicionó su inversión a cambio de que Fox estuviera de acuerdo con el proyecto. Es así que Andrés Manuel le declara la tregua a Fox y ya no habla en contra del presidente. Es un político que conoce la necesidad de las alianzas. En la película de Epigmenio Ibarra (Esto soy) advirtió que haría todo lo posible por ganar. Hacer todo lo posible quiere decir establecer alianzas con quienes estén de acuerdo con que se acabe la corrupción, con que se atempere el menosprecio y con combatir la violencia. Supo formar un frente donde no predomina su decisión. Lo vimos con la discusión del aeropuerto, al interior de Morena había opiniones encontradas.  Tenemos que aprender que no todo disenso es una división.

Pero López Obrador no siempre acepta la crítica.

Lo dice, pero en los hechos y aunque tarde en procesarlas, sí toma en cuenta las posturas adversas.

¿Entonces no hacemos caso a lo que dice?

Lo dice porque él también es parte del choque, de eso que se irá definiendo como el estilo personal de gobernar. Es un político que proviene del hombre común. A pesar de los obstáculos como el desafuero o las campañas del peligro para México, llegó a la presidencia. Fue votado por treinta millones de ciudadanos que por fin se sintieron escuchados. La opinión pública será el contrapeso frente al presidente. No se trata de la restauración del presidencialismo, eso es imposible e impensable. Morena no tiene la estructura del PRI, además los votantes van a reclamar su derecho a ser escuchados. La derecha tiene una obligación de reestructurarse para ser una voz escuchable. Lo que vimos en la marcha de hace unos días no es atendible. Vimos una exhibición impúdica de juicios contra los migrantes incluso. Veremos un juego entre opiniones, entre mayorías y minorías que no hemos visto.

¿Se necesita una reconciliación?

Por supuesto. Una reconciliación parte del hecho de que hubo un agravio y un daño; y en México ha habido muchísimos, tanto verbales como físicos, matanzas, desapariciones. Tenemos que exigir explicaciones a los responsables y después tomar una decisión sobre la amnistía. La reconciliación es la garantía de que no se repetirán las atrocidades. El país está roto.

¿Cómo percibes la relación de Andrés Manuel López Obrador con los medios, tenemos desde el calificativo “prensa fifí” hasta las críticas a la revista Proceso?

Siempre ha sido así Andrés Manuel, a lo mejor tiene que cambiar porque sí genera mucho ruido.

‘Siempre ha sido así’ suena, a ya sabemos ‘cómo es’, pero no se trata de eso.

Sí, claro. Necesita estructurar una nueva relación con los medios que no esté basada en la complicidad del dinero público, sino en la información.  Tampoco puede ser una relación tipo Trump, donde todo lo que dice Fox News es bueno y todo lo que dice CNN es mentira. No podemos caer en esa tentación porque eso implica eliminar la posibilidad de la verdad. En las redes ya vemos pura opinión. Alazraki sacando unas fotos de internet y mintiendo sobre la supuesta boda del hijo de Andrés Manuel, no tiene que ver ni con la verdad ni con la ética. Los medios también tienen que dejar de ser tan jarritos. La nueva relación necesita ser en dos vías, pero es verdad Andrés necesita acostumbrarse a la crítica.

¿Cómo evalúa el proceso de transición de Andrés Manuel López Obrador?

El primer momento importante fue la consulta por el aeropuerto porque dejó ver que puede haber un Estado mexicano que no sea cómplice del capital financiero.

¿La consulta por el aeropuerto fue un ejercicio satisfactorio?

La consulta estuvo mal hecha, pero se tuvo que plantear así porque había que entregar el presupuesto, de lo contrario el gobierno se hubiera quedado en la quiebra. Ahora hay que trabajar en la construcción de una nueva relación con los medios, el Congreso y los gobernadores. A esto hay que sumar una crisis en los partidos. El PRD casi desaparece; el PAN está en un momento terrible; el PRI quedó reducido a su mínima expresión histórica. El gran contrapeso será la opinión pública que no solamente son los medios de comunicación tradicionales, sino también las que Andrés Manuel López Obrador llamó “benditas redes”.

 Aristegui Noticias