Eduardo Vázquez Reyes
Las discusiones en torno al diseño y aplicación de las políticas públicas en materia de salud se encuentran en su punto más acalorado en este segundo semestre de 2019. Tal parece que quienes están encargados de la generación de conocimientos y su correspondiente aplicación en las comunidades universitarias y en la sociedad siguen discrepando con integrantes del gremio científico y tecnológico de México. Es endeble la búsqueda de un punto en común, estamos ante una legión de divergencias epistémicas y procedimentales.
La siguiente misiva, que nos ha llegado a la Redacción, va en esa sintonía. Pero ¿a qué nos referimos? Un grupo de académicos de la Facultad de Medicina de una universidad del Norte del país sostuvo esta mañana una reunión con autoridades educativa, quienes hicieron evidente la propuesta de plan de estudios para dicha carrera. Si el razonamiento del investigador SIN Nivel III que redacta el documento es correcto, entonces no estamos y estaremos como sociedad científica preparados para afectaciones a la salud de alta gravedad, como VIH-SIDA, dengue, zika, malaria, sarampión, tuberculosis, influenza, SAR. Dejamos ante ustedes, lectores de este espacio mediático, abierta la discusión.
Por reiterada petición de la fuente, las líneas siguientes mantienen su anonimato, lo cual solo nos permite elucubrar sobre este importante tema.
Hoy estuve en una reunión en donde nos presentaron la propuesta educativa del mapa curricular de la 4T para los estudios de medicina de las nuevas 100 escuelas que el Gobierno Federal planea para la formación de los médicos que cubrirán las necesidades en las comunidades rurales, vulnerables y desprotegidas.
El programa parece calcado de aquellos que se propusieron con este fin en la China Popular cuando gobernaba Mao Tse-Tung, en síntesis las brigadas de los que se llamaron en aquel entonces como los Médicos Descalzos, muy politizados, alienados, cero formación científica y cero desarrollo de destrezas quirúrgicas e intervencionistas, mucho de terapias alternativas, la mayor parte empíricas. Bien, lo anterior a mí no me movió ni un pelo, ya me lo suponía que iba a llegar de un momento a otro.
Sin embargo en esta sociedad tan conservadora, elitista y excluyente, de pronto alguien casi gritando dijo: “Dios mío, pero eso es de comunistas”, bien enseguida creo que todos se persignaron, menos yo y para hacer el cuento corto salí muerto de risa. Lo anterior no quiere decir que esté de acuerdo con la propuesta, que la considero débil, poco consistente, en dos palabras: muy mal. Como quiera que sea, la llevarán a cabo.
Lo que me preocupa de lo anterior es que todo tiene el tinte que la educación médica de calidad de las instituciones públicas de educación superior irá en declive en los próximos años, y no porque estos programas dejen de operar, sino debido a que de alguna manera ya no recibirán el apoyo presupuestal para mantenimiento o mejoras y, peor aún, todo apunta hacia allá, que tarde o temprano lo anterior impactará negativamente la calidad de las instituciones de salud, ya de por sí deficiente, y no se atienda debidamente a los enfermos con padecimientos crónicos degenerativos, sino que también no estaremos preparados para contingencias muy amenazadoras para la salud de la población como nuevas epidemias, VIH-SIDA, dengue, zika, malaria, sarampión, tuberculosis, influenza, SAR, etc. Y ya poniéndome muy dantesco y catastrófico, mucho menos para una guerra biológica o nuclear.
¡Happy Halloween!
 
            


