Sánchez e Iglesias alcanzan un acuerdo para formar un Gobierno de coalición

Lo que fue imposible durante seis meses se ha desbloqueado en menos de 48 horas. Pedro Sánchez y Pablo Iglesias han alcanzado hoy un acuerdo para formar un “Gobierno de coalición progresista”. Iglesias será finalmente vicepresidente del Gobierno —algo que parecía imposible en primavera—, y se trata de un acuerdo “sin vetos”, coinciden fuentes socialistas y de Unidas Podemos, aunque aún no se han negociado todos los detalles de la estructura.

El presidente del Gobierno y secretario general del PSOE compareció en torno a las dos y media de la tarde en el Congreso con el líder de Unidas Podemos para explicar los detalles de ese pacto. Al finalizar, y después de seis meses de enfrentamientos durísimos, los dos líderes se han dado un simbólico abrazo y la sala, llena de cargos de ambos partidos y de periodistas, ha explotado en un “oooooooh” casi burlón. Sánchez se negó durante meses a aceptar que miembros de Podemos y en especial Iglesias pudieran estar en su Gobierno. Durante la campaña electoral lo ha repetido muchas veces. Pero los dos partidos perdieron votos en las elecciones y eso les ha vuelto a todos más flexibles porque en una nueva repetición Sánchez correría el riesgo de perder el Gobierno.

El fiasco de la repetición electoral, que se habría evitado si este acuerdo se hubiese alcanzado en verano, ha hecho la negociación súbitamente muy sencilla. “Es tiempo de dejar atrás cualquier reproche”, ha dicho Iglesias. “Los españoles han hablado y nos corresponde superar el bloqueo. No pudimos lograr este acuerdo [en julio], aunque estuvimos muy cerca. Somos conscientes de la decepción que eso supuso entre los progresistas”, se justificó Sánchez, que ha hecho así una rectificación completa de su posición inicial forzado por el resultado electoral. La situación ahora es peor que la de julio, porque ambos suman 10 escaños menos y necesitan el concurso de más fuerzas que entonces, pero existe una mayoría posible que necesitará o no la abstención de ERC y Bildu en función de lo que haga Ciudadanos, a quien el PSOE intentará convencer para que al menos se abstenga.

Sánchez e Iglesias firmaron un documento con las bases del preacuerdo, que adelantó eldiario.es: se trata un texto con ideas muy generales sobre “la protección de los derechos sociales”, y en el que no figura el reparto de vicepresidencias y ministerios. En el documento tampoco figuran negro sobre blanco la posibilidad de revertir los aspectos más lesivos de la reforma laboral —que ambas formaciones llevaban en su programa para el 10-N— o las subidas de impuestos que pactaron ambos partidos hace unos meses, pese a que ambas ideas están esbozadas en el texto, que sí persigue explícitamente “garantizar la convivencia en Cataluña”, con el objetivo de “fomentar el diálogo” y de “fortalecer el Estado de las autonomías”.

Sánchez aseguró en la firma de ese documento que el objetivo es “desbloquear la situación política, que lleva muchos meses bloqueada en España”. Paradójicamente, la caída tanto del PSOE como de Unidas Podemos en número de escaños —respecto a los números del 28-A— y la fuerte subida del PP y Vox han facilitado un pacto que fue imposible en julio y agosto. Iglesias calificó el “Gobierno de coalición progresista” como “la mejor vacuna contra la extrema derecha”, y adelantó que ambos partidos buscarán “alianzas con otros partidos” para sumar mayoría. Tras el apretón de manos con Iglesias, Sánchez afirmó que el pacto permitirá “no solo la investidura sino un Gobierno para la legislatura”. El presidente en funciones iniciará de inmediato una ronda de contactos, y explicó que es “consciente” de que muchos españoles “se habían visto frustrados por la falta de acuerdo entre las izquierdas”. Ambos hicieron un llamamiento a “dejar atrás los reproches” tras las heridas que dejó la investidura fallida el pasado verano.

Entre el PSOE y Unidas Podemos suman 155 de los 350 escaños. A su pacto es muy probable que se puedan sumar los siete diputados del PNV, los tres de Más País-Compromís —que ya ha mostrado interés en formar parte de ese pacto— y uno del Bloque Nacionalista Galego, otro del Partido Regionalista de Cantabria y un último de Teruel Existe. En total sumarían 168 diputados. Para que Sánchez fuese investido en segunda votación se necesitarían varias abstenciones. Con las de los 13 diputados de ERC y los cinco de EH Bildu bastaría para desbloquear la situación. Las hipotéticas abstenciones de los 10 parlamentarios de Ciudadanos no bastarían si no entran en esa fórmula los independentistas catalanes o vascos.

Los contactos entre los líderes de PSOE y Unidas Podemos comenzaron en la noche del pasado lunes con la máxima discreción. Después tomaron las riendas de la negociación las respectivas números dos, la socialista Adriana Lastra y la dirigente de Unidas Podemos Irene Montero. Solo al final de esta mañana, cuando el preacuerdo ya estaba encaminado, los socialistas han divulgado un comunicado para anunciar la reunión entre Sánchez e Iglesias. Posteriormente, fuentes del partido confirmaron el acuerdo que había sido imposible tras las elecciones del pasado 28 de abril.

Fuentes socialistas explicaron que tras el pacto con Podemos habrá contactos con otras fuerzas políticas que apoyaron el pasado año la moción de censura contra Mariano Rajoy que aupó a Sánchez a La Moncloa. Esta misma mañana, el presidente del PNV, Andoni Ortuzar, se mostró partidario de recuperar el bloque de aliados de la moción, que incluiría a los independentistas catalanes.

Tras las elecciones del pasado domingo, Iglesias insistió en reclamar un Gobierno de coalición como única salida al bloqueo político. El PSOE dejó el lunes la puerta abierta a una coalición con Unidas Podemos en la comparecencia del secretario de Organización, José Luis Ábalos. La prioridad de los socialistas sería así, más que una gran coalición entre PSOE y PP, reeditar ampliado el acuerdo de la moción de censura, con PSOE y Unidas Podemos a la cabeza y otros partidos como Más País y varios nacionalistas y regionalistas. Pese a que Ábalos no dejó clara la fórmula, si se confirma el acuerdo resuena así uno de los mantras de campaña de Pablo Iglesias: “Las cosas importantes no siempre se consiguen a la primera”.

El líder del PP, Pablo Casado, ya ha informado a sus barones del preacuerdo entre el PSOE y Podemos durante la reunión del comité ejecutivo nacional que se celebra en Madrid. Ese anuncio ha aparcado el debate sobre la estrategia a seguir por el PP y los posibles escenarios. Hasta el momento, solo el exministro de Exteriores José Manuel García Margallo había apostado por una gran coalición de constitucionalistas. Fuentes del PP señalan que el preacuerdo entre Sánchez e Iglesias les libera de la presión y que ejercerán una oposición responsable. El PP, insisten, es “la única alternativa” a Sánchez, informa Natalia Junquera.

El País