Tiranía administrativa en el Tecnológico de Poza Rica

Eduardo Vázquez Reyes

Amenazas de carácter académico a estudiantes inconformes, bloqueos e intentos de sabotajes en la gestión universitaria de profesores, falta de diálogo con los miembros del Sindicato único de Trabajadores e intentos-indirectamente- de despidos injustificados de la plantilla docente son solo uno de los casos que han puesto a la administración del Tecnológico Superior de Poza Rica, encabezada por Jesús Huerta Chúa, en la palestra de la opinión pública en la zona Norte del estado y por entre los pasillos de esta institución, que durante años se ha distinguido por la formación de científicos y tecnólogos. Así, la pregunta que resalta es de carácter informativa e ilustrativa: ¿qué está pasando en el Tecnológico de Poza Rica? ¿Cuáles son los paradójicos acontecimientos en los que egresados, profesores y gestores científicos se han visto envueltos?

Utilicemos un poco la mirada retrospectiva. Hace unos meses, alumnos del Tec se manifestaron contra la actual Dirección de este plantel debido a que percibían en ese momento una especie de tiranía: decisiones académicas demasiado arbitrarias que repercutían en la formación de los mismos. Poco después, integrantes del Sindicato Único de Trabajadores hicieron lo propio al protestar por la falta de negociación que la máxima autoridad de esta institución mantuvo. Podríamos decir que fueron ignorados a pesar de evidenciar, como lo afirmaron en sus comunicados, una especie de acoso laboral.

Con todo, el problema persiste. Las anomalías administrativas se mantienen. En el caso de la generación y divulgación del conocimiento, se ha hablado de intentos de boicoteos por parte de esta Administración universitaria. Específicamente, dirigidas a la gestión del tecnólogo y roboticista Luis Nungaray, quien contribuyó al actual posicionamiento que esta instancia educativa mantiene hoy en día a nivel nacional, estatal y en algunos casos, internacional; y quien es el organizador del Primer Torneo de Robótica de competencia realizado en Veracruz, con sede en Coatzintla. En la misma línea se encuentra el trabajo de Israel Téllez González, actual secretario ejecutivo del Consejo Municipal de Ciencia y Tecnología del Ayuntamiento y coordinador del Proyecto Espacial de Poza Rica, el cual ha formado desde hace mucho tiempo profesionales de la robótica en general y de la robótica de seguridad en particular.

Si esto es correcto, surge una pregunta más: ¿cuál es la razón de adquirir una actitud antiadministrativa, fuera de toda ética académica, que fomenta la fragmentación universitaria? Se le ha olvidado al actual director que la forma para que las cosas marchen por un buen puerto en pro del posicionamiento de la institución que representa es un trabajo intersectorial y transversal. La ruptura entre actores científicos solo puede conllevar al declive en cuanto a la calidad educativa. Pero si la lógica que a partir de su ingreso a la Dirección ha implementado le ha funcionado a la perfección, entonces la rendición de cuentas relativa a la productividad estudiantil, académica y en general del Tecnológico de Poza Rica no le tomará el mayor trabajo.

Así, las muestras de inconformidad solo dejan una salida: el lugar para el debate y la discusión del trabajo de Huerta Chúa. Esto quiere decir , un diálogo con las diferentes instancias en el cual este personaje muestre cuáles han sido sus contribuciones a la calidad de la institución que dice representar, así como el espacio para disipar las dudas de los que hasta el día de hoy se han manifestado: el intercambio de ideas y la discrepancia son fundamentales para la construcción de una ciudadanía y, aplicado al contexto educativo, es inconcebible y hasta imposible pensar en una figura que ostente un cargo público que está totalmente alejada de algo tan básico y elemental como este tipo de intercambio epistémico.

Sin duda, los miembros del tecnológico de Poza Rica merecen que los represente alguien que tenga estas condiciones. Se trata de progresar y no de involucionar. Pues bien, el caso sigue abierto y solo resta ver cómo evoluciona, si es que lo hace, en los siguientes días. Mientras tanto, en la palestra del debate y la discusión no puede ni pasará inadvertido, sea solo por creer que una sociedad del conocimiento éticamente dirigida y encaminada es posible en el estado. ¡Sé un cronopio!