Compra de coberturas de petróleo blinda los ingresos petroleros del 2020

La Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) concluyó la compra de coberturas petroleras del 2020, lo que permitirá blindar los ingresos petroleros, ante la volatilidad que se pueda generar en el precio del crudo y el tipo de cambio.

En un breve comunicado, la dependencia, que está a cargo de Arturo Herrera, indicó que la adquisición de las coberturas se financió con recursos del Fondo de Estabilización de los Ingresos Presupuestarios (FEIP), pero no aclaró el monto utilizado ni el costo total de éstas.

Mencionó que el precio cubierto es el mismo que se aprobó en el Paquete Económico del 2020, de 49 dólares por barril de petróleo, esto es 6 dólares menos del precio que se cubrió en el 2019, de 55 dólares por barril. Tampoco detalló el número de barriles cubiertos.

Desde el 2001, el gobierno federal ha adquirido coberturas petroleras para proteger las finanzas públicas del país ante los vaivenes que se puedan presentar en el mercado del crudo.

En tres ocasiones se activaron (2009, 2015 y 2016), lo que implica que el gobierno recibió recursos por la compra de dichas coberturas que funcionan como una especie de seguro. Es decir, si al cierre del año el precio del barril de petróleo es menor a lo que se cubrió, se activan las coberturas y el gobierno recibe dinero para compensar esa caída del precio.

Riesgo en recursos del FEIP.

De acuerdo con la Secretaría de Hacienda, para el cierre del 2019 se contemplaba utilizar alrededor de 150,000 millones de pesos del FEIP para completar los ingresos del gobierno. Dicha cantidad representó 57.7% de los recursos que reportó el FEIP al cierre de septiembre del 2019 por 260,185 millones de pesos, que es la información mas reciente.

Es decir, el FEIP se quedaría con 110,185 millones de pesos. De esta cantidad, una parte se utilizó para comprar las coberturas petroleras del 2020.

Subestiman precio de la mezcla

Para Ramsés Pech, experto en el sector energético, la Secretaría de Hacienda subestimó el precio de la mezcla mexicana del 2020 en 49 dólares el barril, pues es posible que, al cierre del año, se ubique entre 55 y 57 dólares el barril.

“Con esta diferencia de entre 8 y 6 dólares, Hacienda obtendrá mayores recursos por la venta de petróleo. Ellos contemplan un precio promedio de 49 dólares el barril, pero el consenso del mercado apunta a que se ubique entre los 55 y 57 dólares”, indicó.

Comentó que, si bien las arcas del gobierno pueden beneficiarse de estos ingresos, el problema es hacia dónde destinarán dichos recursos. “Es probable que se destinen para pagar la deuda de Pemex o para los programas sociales del gobierno”.

Pech mencionó que la estrategia del gobierno es hasta cierto punto buena, pues, si el precio cierra por arriba de 49 dólares, el barril recibe más ingresos petroleros; mientras que, si el precio cierra por abajo de los 49 dólares el barril, recibirán dinero de las coberturas que adquirieron.

Los especialistas coincidieron en que uno de los factores que más incertidumbre y volatilidad puede generar en el mercado petrolero son las acciones que pueda tener el presidente estadounidense, Donald Trump.

Refirieron los recientes ataques aéreos por parte de Estados Unidos hacia Irán, los cuales pueden influir de manera significativa en los precios del crudo.

“Lo que hizo Trump es el primer manotazo para controlar el precio del barril en el 2020, porque está buscando aliados, ante las próximas elecciones en su país”, determinó Pech.

Asegurando ingresos

  • Las coberturas petroleras cubrirán un precio de 49 dólares por barril de petróleo.
  • Hacienda no informó el costo de las coberturas ni el volumen de barriles que se protegió.
  • En el 2019 se cubrió un precio de 55 dólares por barril. Se utilizaron recursos por 23,489 millones de pesos para su compra.
  • Como cada año, se ocuparon recursos del FEIP.
  • Al cierre de septiembre del 2019, los recursos del FEIP eran de 260,185 millones de pesos.
  • De este total, 57.7% se utilizó para completar los ingresos del gobierno ante un nulo crecimiento económico.

El Economista