Predicciones para el 2020

Jorge Flores Martínez

Soy o intento ser siempre optimista, por lo regular procuro establecer escenarios posibles que van de lo mejor a lo peor que pueda suceder y por regla mis expectativas se cuadran en lo intermedio. Al final de cuentas, como seres humanos somos relativamente previsibles y poco es lo que se desenvuelve en los extremos.

Este 2020 nuestro país enfrenta una agenda compleja y con enormes retos en lo local y sobre todo en lo internacional, el mundo está cambiando irremediablemente y no podemos ser ajenos ni desentendernos de la realidad.

A un año de la Cuarta Transformación ya es posible elaborar expectativas a corto y mediano plazo con la información, y los datos que tenemos nos permiten tener bastante claro y con poco margen de incertidumbre lo que se pretende transformar “irreversiblemente” desde Palacio Nacional.

Un escenario posible es que el presidente logré gran parte de sus objetivos y la transformación que impulsa desde hace muchos años empiece a tener resultados con sus políticas emblema y sus obras prioritarias.

Podemos suponer que el aeropuerto de Santa Lucía será un éxito y el gran detonador para el turismo y la conectividad aérea que nuestro país urgentemente necesita, la refinería de Dos Bocas se construirá sin contratiempos importantes en costo y tiempo, así como el Tren Maya se reproyecte en su trazo y se apuntale como la obra pública más importante y trascendental del sureste mexicano en décadas.

También puede ser que la corrupción quede desterrada de nuestro país de una vez por todas, así como la promesa de vender el avión presidencial y lo más importante de todo, la política de abrazos y no balazos sorprenda al mundo, y este año seamos testigos que a los violentos solo bastaba acusarlos con su mamá y gritarles, no muy fuerte, pero si resueltamente, ¡fuchi guácala!

Las becas a los ninis y el Instituto de Salud para el Bienestar se consoliden como el cambio fundamental que México necesitaba y este año veamos un crecimiento de nuestra economía, y como dice el presidente, una mejor distribución de la riqueza en todos los mexicanos.

Este es el mejor escenario posible para el 2020, nuestro país creciendo económicamente, más justo, más sereno y sobre todo más feliz, feliz, feliz.

El otro escenario, el negativo, es que nos venezualicemos cada día más y casi sin darnos cuenta, poco a poco se erosionen nuestras libertades una a una. Perder al Instituto Nacional Electoral, la intervención del gobierno en el Banco de México, falta de información oficial verdadera, fracaso en las principales políticas de Estado y un sistema de apoyos sociales que no sean otra cosa que clientelas partidistas.

En este escenario es probable que en este 2020 se pierda la calificación crediticia de PEMEX y esto arrastre en los próximos años a un México más aislado económicamente del mundo y las inversiones nacionales y extranjeras se desplomen irremediablemente.

Este segundo escenario es terrible, la buena noticia es que es tan improbable como el primero.

Mi predicción es que la corrupción seguirá como siempre, las políticas publicas tendrán un muy modesto éxito, los proyectos punta de este gobierno no estarán ni en tiempo ni en presupuesto, la economía no crecerá, la distribución de la riqueza se mantendrá igual y Morena realice los ajustes necesarios para conservar en el 2021 la mayoría en el congreso, ya sea por votos o por cooptación de legisladores.

Hacer predicciones en un mundo tan convulsionado como el actual es ocioso, todo puede suceder, aun lo más improbable. Claro, cuando sucede lo más improbable, lo más probable es que sea lo peor.

Para que suceda lo mejor rara vez interviene la suerte, por lo regular se requiere mucho esfuerzo, trabajo y dedicación.

De cualquier manera, lo mejor que podemos hacer es ser felices.

 

jorgeflores1mx@hotmail.com