Extraordinaria entrada de remesas en primer trimestre amortiguará la caída que sí viene por Covid-19: CEMLA

El “extraordinario” desempeño de las remesas en los primeros tres meses del año ayudará a compensar la caída significativa de estos envíos que sí se presentará una vez que se extienda el impacto del coronavirus en Estados Unidos, anticipó el Gerente de Estadísticas Económicas en el Centro de Estudios Monetarios Latinoamericanos (CEMLA), Jesús Cervantes.

Según sus previsiones, el flujo de remesas se reducirá en 20% anual este año, resultado del impacto que ya tiene la suspensión de actividades para limitar contagios del Covid-19 en el empleo de los migrantes mexicanos en Estados Unidos. Esta caída contrasta con la de 15.9% que se observó en 2009.

Entrevistado por El Economista, matiza que esta caída de remesas que anticipa para todo 2020, se verá atenuada por “el significativo” aumento anual de remesas que se presentó en marzo.

“Tendrían que venir caídas de 30% en el flujo de remesas lo que resta del año para tener un mayor impacto en la entrada de estos recursos a México”, sostuvo.

El experto estimó que el aumento de las remesas que captaron los hogares en México durante  marzo podría estar ligado a la depreciación del peso frente al dólar que incentivó de manera importante los envíos.

“Si se mantiene una depreciación significativa del peso frente al dólar en lo que resta del año, se mantendrá un aumento en el poder de compra de cada dólar enviado por los migrantes”, consideró. Y esto podría atenuar de alguna forma la caída la dinámica de ingresos.

El especialista considera que “la pérdida de empleos ha sido tan severa en Estados Unidos que cuando surjan signos de recuperación, podrías seque empleos regularmente ocupados por trabajadores mexicanos enfrenten competencia de trabajadores nativos o de otros grupos migratorios”. Lo que también podría retrasar la recuperación de los envíos.

Depreciación amortiguará caída

Luego, en un análisis del CEMLA que él mismo desarrolló, sobre El dinamismo del ingreso de remesas a México en el primer trimestre, detalló el caso de los envíos captados por los seis principales receptores de América Latina y el Caribe para evidenciar que los países cuya moneda sufrió la mayor depreciación, registraron entradas históricas de remesas.

Evidenció que en contraste con México, el flujo de los llamados migradólares a Honduras, El Salvador, Guatemala y República Dominicana registró una caída en el mismo mes.

“Cabe señalar que en marzo los tipos de cambio de las monedas de Guatemala, Honduras, y la República Dominicana permanecieron relativamente sin cambio frente a los niveles registrados en febrero”, precisó en el análisis.

En cambio en marzo, los tipos de cambio de las monedas de México y Colombia se depreciaron de manera significativa con relación al dólar en solo un mes, 12.6% y 30.6% respectivamente lo que “incentivó de manera importante su ingreso por remesas”.

Entrada del coronavirus, determinante

En la entrevista, tomó el caso de los estados de Washington e Illinois para explicar que las remesas provenientes de estos sitios registraron en marzo una contracción atribuible al hecho que “resintieron más temprano los efectos del coronavirus”.

Mientras el flujo que llegó desde Nueva York y Nueva Jersey, que llega regularmente a Puebla, se estancó. Lo que habla también de la fase en la que fueron entrando a tomar medidas restrictivas de la actividad económica para contener el contagio y cómo se fue extendiendo el impacto en el empleo de los migrantes.

Geografía de los envíos

En el análisis, el experto recuerda que el principal remitente de remesas a México es Estados Unidos con el 94.6% de ellas en 2019, seguido por Canadá (1.6%) y Reino Unido (0.4 por ciento).

Y los datos divulgados por Banco de México muestran que el incremento de los envíos hacia México derivo de un “fuerte aumento de las provenientes de Estados Unidos y Canadá e incrementos más moderados de las remitidas desde el conjunto de países europeos y el resto del mundo”.

“En particular es probable que las provenientes de economías europeas hayan sido impactadas negativamente por un choque más temprano del coronavirus”.

El Economista