Abel Domínguez Camacho
Decía mi querido amigo Fidel, nos referíamos a él como Fidel el bueno, por aquello de que en esa época gobernaba un su homologo, decía “si no planeas, ya llegaste” y sí, efectivamente, aunque no a buen puerto; en un momento previo, otro amigo me dijo “te invite para que, por favor, pongas orden, tu antecesor pecaba de entusiasta y obediente, hacía lo que le pedía aunque tuviera que tumbar (destruir) un muro, luego lo volvía a levantar”, palabras más-menos. Falta de planeación, entusiasmo y obediencia ciega, en el manejo institucional de un gobierno llega a “romper” las leyes y reglamentos, lleva a la destrucción en aras de atender con rapidez las “prioridades” del que manda, sin que medie estudio previo sobre las circunstancias que explican tal o cual situación y que, ayude a priorizar las acciones de “corrección”, en la administración no se debe aplicar tabla rasa en las medidas y acciones.
Un espacio como este nunca será suficiente para abarcar todo lo que medianamente puede recopilarse pero, si bastante para ejemplificar algunos casos que den cuenta de la preocupación de muchos.
A los pocos días de la elección de 2018, el presidente electo tomo en sus manos la agenda pública y, entre otras cosas lanzó un documento que, en su decir, sería la línea de conducción de su gobierno, los “50 lineamientos generales para el combate a la corrupción y la aplicación de una política de austeridad republicana”, para que “se aplique en lo que decía Benito Juárez que el funcionario aprenda a vivir en la justa medianía, (las negritas son mías). El numeral 4 dice “La fiscalía General contará, en los hechos, con absoluta autonomía; no recibirá consigna del presidente de la república y sus prácticas se apegaran al principio del derecho liberal, según el cual, “al margen de la ley nada y por encima de la ley nadie”. Hoy contamos con un fiscal carnal y el principio que rige es “Para los amigos, justicia y gracias. Para los enemigos, justicia a secas”. Por cierto, Karime Macias es una víctima.
Del numeral 5 destaco, la fiscalía electoral estará encargada de garantizar que las elecciones sean limpias y libres, a evitar la compra del voto, la coacción, la amenaza, el usos del presupuesto público y de bienes para favorecer a partidos o candidatos y castigar cualquier tipi de fraude electoral…pido a todos los lectores que, por favor, no confundan los nobles objetivos de las conferencias mañaneras, de los “programas de bienestar”, ni las giras del presidente por diferentes estados de la república; no piensen que su predilección por Veracruz tiene otro objetivo, que apoyar y fortalecer una entidad con una rica vocación productiva. En medio de la pandemia covid19, al presidente le urgía hacer vida pública con el único fin de ofrecer, personalmente, consuelo a la población, darles esa felicidad perdida por la crisis sanitaría y, desde luego, seguimiento al reinicio de actividades.
Numeral 6, la fiscalía anticorrupción “[…] El mandato que recibimos del pueblo en las elecciones del 1° de julio de 2018, consistió, básicamente, en confiarnos la apremiante tarea de acabar con la corrupción y la impunidad”. Al final del mismo numeral remata diciendo “[…] No quedarán impunes ni los compañeros de lucha, funcionarios, amigos y familiares. Un buen juez, por la casa empieza”. Las negritas son mías. El pueblo manda, pero si hay una denuncia del pueblo no sirve, porque se trata de los adversarios que se aprovechan de los tiempos político-electorales que se avecinan; por otro lado, no cuenta lo que diga el pueblo “si no viene de la 4T, de la FG carnal y de la Función Pública, también carnal. El caso de las casas (no blancas) de Manuel Bartlett Díaz; la negación y litigio para no pagar impuestos del grupo salinas, de Ricardo salinas Pliego; el caso del hijo de Bartlett y de Ana Gabriela Guevara, solamente son invenciones de los adversarios, no se confundan, ya corrimos a los funcionarios (menores) del IMSS, el buen juez por su casa empieza.
El numeral 18 refiere la desaparición de los fideicomisos que se utilicen para ocultar fondos públicos y evadir la legalidad y la transparencia; el 21, refiere la reducción de la estructura de confianza en un 70 por ciento y del gasto de operación; el 25 indica que no podrán contratarse a familiares; el 44, refiere que las compras del gobierno se harán de manera consolidad; mediante convocatoria, con observación ciudadana y de la oficina de transparencia de la ONU y el 45, dice a la letra “Los contratos de obra del gobierno se llevarán a cabo mediante licitación pública, con la participación de ciudadanos y de observadores de la ONU y, el 50, se reduce a que no habrá influyentismo en los contratos con empresas nacionales o extranjeras.
Adelantaba que el espacio es insuficiente, en el párrafo anterior he aglutinado solamente parte de los numerales para hacer una breve reflexión y dejarles a ustedes el beneficio de la duda. Hasta el momento en que escribo estas notas, no se conoce un estudio previo respecto a la desaparición de los fideicomisos, se decretó su extinción aplicando tabla rasa y, han ido “corrigiendo” según el alcance y poder de los entes que protestan. Respecto a la contratación de familiares, solamente habrá que preguntarle al gobernador de Veracruz y los otros de Morena o a la secretaria del trabajo y previsión social, claro son mentiras de los adversarios, usted juzgue.
Respecto a las adquisiciones y obras, llama la atención que al cierre de 2019, la adjudicación directa se hizo regla y no excepción en el actual gobierno, pues éstas representan el 74.8 % de los procesos referidos y, para ser opaco y omiso con plena justificación, se le otorgó al ejercito la construcción del aeropuerto de santa Lucía. La ONU ahora es una instancia supranacional nada transparente, opaca y omisa, claro, en su papel de observador y, los ciudadanos observadores, cómplices. Y para cerrar esta nota, la tercera sección del tren maya contará con un segundo nivel. Ahí se las dejo.
En general, y en aras de la austeridad republicana y el combate a la corrupción, desde la cancelación de la construcción del NAIM hasta la reducción del presupuesto del 75% para atender la crisis sanitaria, pasando por la extinción de los fideicomisos (los de los cuates no), se ha venido aplicando tabla rasa; en mi opinión, de ese modo no se corrigen los errores y vicios del pasado, por el contrario, se destruye lo rescatable, si lo queremos matizar, de lo que fueron las administraciones corruptas que antecedieron a la actual. Actualmente la vida institucional de este país ha sido mermada y sustituida por un gobierno unipersonal, el contrapeso de que representan las instancias autónomas son constantemente agredidas para quebrarlas… ¿corregir o destruir? la gran pregunta.
Usted juzgue, yo lo pongo en la mesa con la preocupación de un mexicano más que quiere un país diferente y, claro, mejor.