Espriu, Odebrecht y AMLO ¿como tío Lolo?

Miguel Polanco

Este fin de semana trascendió la salida (“renuncia”, dicen) del titular de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes del Gobierno Federal, Javier Jiménez Espriu.

Sin saberse con exactitud los motivos ni confirmación oficial (hasta el cierre de este texto), podríamos sacar algunas conclusiones que en las próximas semanas se estarían revelando, luego del arribo de Emilio Lozoya a México; supuestamente traído al país para que “cante” contra algunos de los principales adversarios políticos de López Obrador, con el objetivo de fortalecer -según él- su “combate a la corrupción”, de cara al año electoral que viene.

Pero ¿y si dicha “estrategia” se le empezara a echar a perder antes de tiempo?

A ver, analicemos…

Según cifras oficiales y versiones públicas, de 2017 a 2019 Pemex registró pérdidas en la producción de hidrocarburos (particularmente de etano) por el orden de los 3 mil 642 millones de pesos a causa de un contrato que realizó, en 2010, con la asociación Braskem-IDESA.

Primer punto importante: Braskem es filial de Odebrecht y habría sido beneficiada, a través de sobornos, para la compra de etano muy por debajo de su precio. Además, Braskem (de origen brasileño) está asociada con la mexicana IDESA.

Y justo aquí empieza lo truculento.

Apenas en Febrero de este 2020, AMLO “consideró” cancelar el contrato con Braskem-IDESA, pero nunca concretó este asunto debido a que la cancelación involucraría la compra de la planta Etileno XXI, valuada en más de mil 200 millones de dólares.

Y es que resulta que uno de los 11 contratos que realizó Pemex con Odebrecht, era precisamente el de su filial, Braskem, en asociación con la mexicana IDESA; ésta última, para la cual Emilio Lozoya habría facilitado la negociación que incluyó la compra de etano a bajo costo (lo cual ponía en peligro a Pemex, debido a los pronósticos de insuficiencia en producción de hidrocarburos que se manejaron en ese momento).

Pero aquí es donde se pone interesante el asunto, pues resulta que una de las socias de IDESA es, nada más y nada menos, que ¡la esposa de Javier Jiménez Espriu! La señora Elisa Margarita Gutiérrez Saldívar.

Y no solo eso, sino que la empresa como tal, fue fundada por Pascual Gutiérrez Roldán, padre de Elisa y suegro del mismo Espriu. Es importante decir que, previo a su muerte, el señor Gutiérrez Roldán repartió la empresa en acciones a su familia, razón por la cual, la esposa de Jiménez Espriu es socia, mientras él, es miembro del Consejo de Administración (integrado por 16 personas en total).

Hoy, IDESA es dirigida por el sobrino de Espriu, Patricio Gutiérrez Fernández.

O sea, en pocas palabras: ¿Lozoya le habría echado la mano a la empresa familiar de la esposa de Espriu para tener ese contrato y saquear a Pemex, mediante su asociación con Braskem?

Cabe recordar que, de todo esto, ya había dado cuenta el ex candidato presidencial José Antonio Meade, en el último debate realizado el 12 de junio del 2018.

Sin embargo, si realmente fue así, entonces se concluye que la salida de Jiménez Espriu no sería más que la consecuencia del conflicto de intereses que surgen tras las declaraciones de Lozoya respecto a las corruptelas generadas por Odebrecht en México y que seguramente arreciarán tras su arribo a nuestro país.

Pero la cosa es que AMLO, al incluir a Jiménez Espriu en su gabinete, debió estar enterado de todo ello, porque además, el propio ahora “ex” funcionario reconoció la relación de IDESA con Odebrecht en 2018, poco después de la elección en la que ganó López.

Duro golpe sería para la secta “Morena” que esto se confirmara, pues se trataría de corrupción solapada por ¿adivinen quién? Así es: su querido y alabado López Obrador.

A ver si no le sale el tiro por la culata por andar negociando con un delincuente hecho y derecho como Emilio Lozoya, quien hasta terminaría “empinando” a una buena parte de la 4T por sus indecibles nexos con Odebrecht y que ni con la renuncia de Espriu lograrían tapar.

¿Caja China a la vista?