Su bien

Federico Reyes Heroles

Imposible entenderlo. “Recomendación que se hace a alguien por su bien” nos dice la RAE. Desde la Antigüedad los gobernantes, los papas, los personajes con grandes responsabilidades, siempre se han apoyado en consejeros. ¿Qué tiene la actual administración contra ellos?

Quizá el consejero más conocido sea Maquiavelo, cuyos consejos son atemporales. Él hablaba al oído del gobernante y pensaba en el bien de éste y sus gobernados en la lógica del poder. Carlos V tuvo consejeros notables, lo mismo que Pedro el GrandeKennedyObama, recientemente. La dimensión que un gobernante alcanza en buena medida depende de los consejeros que lo rodean y de lo que absorbe. En las sociedades contemporáneas los consejos son un requisito para la buena gobernanza de empresas e instituciones de todo tipo. Contar con un Consejo sólido, independiente, acredita a quien lo integra. El que desea recibir consejos es alguien con la seguridad suficiente para comprender que éstos le nutren. Al final será más fuerte. Sólo los débiles rechazan consejos. La decisión final será del gobernante, pero si llega tamizada por los que saben de una materia, será una mejor decisión. Un gobernante no puede ser experto en todo, por ello está obligado a escuchar.

Muchos se preguntan quién asesora a nuestro Presidente. Quién le dijo que cancelar el NAIM le traería beneficios al país. Quién le sembró la idea de un tren y un aeropuerto que no tienen ningún sentido. Quién le dijo que cancelar las rondas petroleras le ayudaría a fortalecer la producción y que invertir en una refinería justificaba ahorcar otros programas de beneficio social. Quién le aconsejó desoír a las mujeres. Quién le propuso la estrategia de amenazar a diestra y siniestra pensando que eso le daría más poder. Quién lo traicionó diciéndole que pelearse con la ciencia le pagaría bien. Quién en su sano juicio recomendaría atacar al Judicial. Quién lo orilló a perseguir a los órganos independientes. Quién sugirió el rechazo a los beneficios de las energías limpias. Quién, qué de verdad desee su bien, le pudo plantear las denostaciones personalizadas a empresarios y la persecución de intelectuales. Quién defiende el desgaste mañanero y los pleitos por docena.

Algo no cuadra, consejos públicos de buena fe ha habido y muchos: cómo reactivar la economía de Coparmex, CMN y otras cúpulas. Quién le recomendó pelearse con el cubrebocas. Pero la respuesta de él y su equipo ha sido siempre del mismo talante: el desprecio por los consejos. Un ejemplo, el desdén y la grosería del subsecretario de Salud hacia la propuesta de seis exsecretarios del ramo con experiencia e información científica. Pero nada prospera. Para ellos, el país está invadido de traidores. La victoria supone rendición a sus imaginerías. En la 4T la sabiduría es innata y producto de la lealtad. No creen en la inteligencia social, en que más cabezas piensan mejor un problema. Si el Presidente no escucha, el problema serio, lo primero que deberían aconsejarle es que lo haga, que se dé la oportunidad de nutrir sus decisiones. En su soledad camina al abismo. Pero si las decisiones del régimen son producto de consejeros perversos, la cuestión es aún más grave: está rodeado de traidores, ahora sí, que no piensan en su bien y por ende en el de todo México. Se jugaron su tercera carta presupuestal y en menos de una semana hay una revuelta. Gobiernos estatales esquilmados, programas sociales frente a nuevas y severas restricciones y una muy clara miopía de cómo reactivar la economía.

El desprecio por la inteligencia social que beneficia a todos, es un acto de brutal soberbia que está enterrando al país. Con independencia de ideologías, muchos mexicanos quieren aconsejar para así salir de la tormenta. Pero pareciera que el capitán del navío es prisionero de la sordera y de muchos traidores que no piensan en su bien. O quizá, algo todavía más simple y grave, no saben pensar en el bien de México. ¿Más de 70,000 muertos y creciendo?

Excélsior