Un mundo raro de un país extraño

Jorge Fernández Menéndez

Es una época rara, de un país extraño, en el que se cambia la forma de informar sobre los enfermos de covid (ahora se informa sólo de los enfermos en el sistema de salud público, no de los hospitales privados) y se reducen una vez más las pruebas (antes eran de 1.9 por cada cien mil habitantes, ahora han bajado a sólo 0.9 por cien mil habitantes) para demostrar que estamos saliendo de la pandemia que ha contagiado ya a 700 mil y matado a casi 74 mil personas. El Presidente, por cierto, les pide “perdón” a otras naciones de América Latina porque supuestamente nos fue mejor que a ellos en el número de muertos (como si el grado de desarrollo de México fuera equivalente a Perú o Ecuador).

Un país raro, donde se encharca, o inunda, como usted prefiera, el principal proyecto de infraestructura en construcción, la refinería de Dos Bocas, proyecto que ya han abandonado dos de las principales empresas contratadas porque resulta imposible hacerlo al costo estipulado. Pero en donde, un año después de supuestamente iniciada la construcción, se licita un servicio de asistencia técnica “para la elaboración de un diagnóstico relacionado con la ejecución del proyecto”. En otras palabras, se contrató a empresas constructoras, se inició la obra y ahora se evaluará si el diagnóstico del proyecto es correcto. Un juez, por cierto, ordena suspender indefinidamente el Programa Sectorial de Energía porque considera que viola la Constitución.

En este mundo raro estamos de la mano del gobierno que expulsa a nuestros paisanos, cuyos servicios de migración hacen esterilizaciones sin consentimiento a nuestras mujeres cuando están detenidas y al que, además, le controlamos las fronteras para que no lleguen migrantes de otros países. Pero no sólo eso, le damos el quorum a Donald Trump para que ponga un halcón, uno de los duros de su gobierno, como presidente del Banco Interamericano de Desarrollo. Para cumplir con Trump, como lo reveló el canciller argentino, Felipe Solá, rompemos súbitamente el compromiso de apoyar al candidato latinoamericano a ese organismo multilateral, el cual siempre había sido dirigido por un economista de la región, en forma destacadísima el mexicano Antonio Ortiz Mena, el artífice del desarrollo estabilizador que en 1987, cuando regresó del BID aseguró que “en México, el poder del presidente es absoluto y se corre el riesgo de que, por falta de contrapesos, como deberían ser el Congreso y el Poder Judicial, un mandatario descontrolado pueda llevar al país a la ruina”.

Se lanza la candidatura para la Organización Mundial de Comercio del exsubsecretario Jesús Seade. La comunidad Europea negó el respaldo, en primer lugar, a través del gobierno de España, indignado por la recurrente referencia a “la invasión” de hace 500 años o a la solicitud de ofrecer disculpas públicas por ella. Ante la Unión Europea tampoco ayuda el apoyo a Trump, quien usa la visita del Presidente de México a Washington, en sus spots de campaña. Y no hablemos del entusiasmo que ello genera entre los demócratas y su candidato, Joe Biden.

Por cierto, los candidatos a encabezar el partido en el gobierno (nada menos que cerca de un centenar entre los postulantes a presidente y secretario general), se acusan de traidores, corruptos, de responder a intereses oscuros y algunos llegan al límite de decir que hay una conjura para deshacerse o acallar al propio Presidente. Uno de los candidatos, el de los puros, que ya fue antes presidente de otros dos partidos ahora de oposición, dice que, si llega a encabezar a Morena, sacará del partido al canciller (el miembro más destacado y con mayor peso propio del gabinete) y al líder de la fracción de la cámara de diputados a la que él mismo pertenece, por cierto, su principal rival.

Se hace una rifa de un avión que no se rifa, que genera premios por dos mil millones de pesos y recauda sólo mil 600 millones y, para compensarlo, el propio gobierno se adjudica el 35 por ciento de los boletos y de los premios. El respetado director del llamado Instituto para Regresar al Pueblo lo Robado, Jaime Cárdenas, renuncia a los cien días de haber asumido el cargo, denunciando actos de corrupción en ese instituto. En su lugar se designa al director de la Lotería Nacional, el mismo que organizó la rifa del avión que no se rifó.

La Secretaría de Hacienda anuncia que si hay un rebrote de covid, tendrá que recurrir al endeudamiento público para sobrellevar la situación (lo que han hecho prácticamente todos los países del mundo), pero, una vez más, Hacienda es desmentida por el propio Presidente, al tiempo que uno de sus aliados, el PT, resucita la propuesta de “nacionalizar” las Afores, una idea, descartada en su momento por el Presidente, que podría implicar la ruina económica del país y el fin de cualquier colaboración con la iniciativa privada. Mientras tanto, la caída del PIB ya se estima superior al 10 por ciento en este 2020.

Este es un México muy raro, mucho más que aquel mundo raro sobre el que cantaba José Alfredo Jiménez.

Excélsior