El Tribunal Electoral declara su pertenencia

Héctor Aguilar Camín

El Tribunal Federal Electoral se declaró ayer servidor de los deseos del presidente López Obrador. Había en su mesa objeciones legalmente atendibles contra el registro o por la revisión del registro de cuatro nuevos partidos políticos.

Uno, el Partido de Encuentro Solidario, objetable porque había violado la laicidad del proceso haciendo intervenir en su constitución ministros y recursos de una confesión religiosa.

Otro, el Partido Redes Sociales Progresistas, por haber violado en su proceso la prohibición legal de que se utilizaran recursos y agremiaciones sindicales, de lógica corporativa, no ciudadana.

Uno más, el Partido Fuerza Social por México, por haber construido también su proceso de registro usando recursos de agremiación sindical corporativa.

El cuarto, México Libre, por haber recibido 8 por ciento de sus recursos, 1 millón 61 mil pesos, de aportadores no identificables, pues lo hicieron por un método que no registra personas, sino los números de una tarjeta de pago.

El Tribunal Electoral desoyó los argumentos contra los tres primeros partidos, ostensibles aliados del gobierno, dadas las figuras de sus dirigentes reales, Elba Esther Gordillo, líder magisterial, y Pedro Haces, líder de una red de sindicatos que ha crecido a la sombra del nuevo gobierno.

El Tribunal prestó oídos solo a las objeciones contra México libre, adversario del gobierno, en las personas de sus dos dirigentes: Margarita Zavala y el ex presidente Felipe Calderón.

De la posible aceptación del registro de México Libre, había hecho mofa pública el presidente López Obrador, cuya desafección por Calderón es, conocidamente, de las mayores de su lista.

Uno hubiera pensado que para dar gusto al Presidente en su fobia, el Tribunal hubiera podido mostrarse duro con todos y negar el registro a México libre, envuelto en la negación equivalente a los otros impugnados.

Pero no. Por lo que se ve, el Tribunal no quería esconder su filia presidencial, sino mostrarla a rostro abierto, y eso hizo. En una misma jornada le cumplió al Presidente cuatro deseos: otorgar registro a los tres partidos que le simpatizan y negárselo al que aborrece.

Marcador: 4-0 a favor de los deseos del Presidente. El Trife dejó ayer bien claro quién es su dueño.

Milenio