Abel Domínguez Camacho
Generalmente suelo tener más preguntas que respuestas, en el contexto del presente año electoral, ¿a qué debe responder la sociedad para ir a votar el próximo 06 de junio?; ¿todos los votantes tienen claro lo que está viviendo el país, nuestro México y, lo que está en juego para el futuro?; ¿los ciudadanos que votan estarán seguros de querer salir a votar o el temor ya se apoderó ellos?. Respecto a esto último, puede ser que la polarización y la máquina del fango vean sus frutos justamente el día de la elección, no es difícil que actualmente el ánimo de una buena parte de los votantes se encuentre mermado, hay hartazgo y en el extremo puede empujar la decisión de no salir a votar. Cuidado, es la pretensión desde el palacio imperial.
Hasta el 05 del mes que corre, la lista nominal del Instituto Nacional Electoral ascendía a 93,774,799 ciudadanos registrados, personas que pueden y deben salir a votar; el 52% de tal lista son mujeres, mexicanas madres, abuelas, hijas, nietas, esposas, suegras, hermanas, primas, vecinas…mujeres mexicanas que durante años han padecido, en primera instancia, el sistema patriarcal y, consecuentemente, una violencia permanente en sus diversas “modalidades”, mujeres mexicanas que hoy estaban esperanzadas en que se escucharan y atendieran sus demandas, esperanzadas en que se les mirara con respeto, esperanzadas en que se les considerara su participación en la vida cotidiana, pero no como un simple número.
La economía mexicana cerro el ejercicio fiscal 2019 con una recesión y, antes de que pudiera dar visos de recuperación, apareció la pandemia del covid19 con todas las consecuencias sanitarias y económicas que está por demás repetir pero, si enfatizar que durante esta vida pandémica, quienes más han padecido son las mujeres, primero que nada muchas tuvieron que renunciar para atender los cuidados en casa, las que no, las renunciaron durante los primeros recortes de personal previo al cierre temporal o permanente de muchas empresas; encima de ello, es la que se levanta más temprano y se acuesta después que todos, cuidadora de los adultos mayores, maestra, esposa…violentada en su naturaleza.
Para los “aficionados a los números redondos son ya 200,000 fallecidos por covid19”-expresión más que desafortunada de López Gattel- para el INE son 48,536,456 mujeres mexicanas que saldrán a votar el próximo 06 de junio, 48.5 millones de mujeres a las urnas, es lo deseable. De acuerdo con el INE hay registrados para votar 26.1 millones de jóvenes entre 18 y 29 años de edad, jóvenes que no han recibido la oportunidad de construir el futuro de México; poco más de la mitad, 13.6 millones son mujeres, todas ellas agraviadas por la inacción y la indiferencia del actual gobierno. Todos a las urnas con la certeza de lo que se vive en el país y sin miedo a votar.
En el rango de población de entre 30 y 59 años de edad, hay 51.2 millones de ciudadanos registrados para ir a las urnas, de ellos 26.6 millones de votantes son mujeres; trabajadores formales e informales, empleados o independientes que han tenido que sortear solos la crisis actual. Del grupo de 60 y más se consignan 16.5 millones de adultos mayores, un sector productivo electoralmente hablando, de acuerdo con las estadísticas del INE del proceso electoral de 2018.
Eramos tres con el menor que todavía estaba en la universidad, ya se dio de baja temporal, pero ha llegado a vivir con nosotros la segunda hija, su marido y sus dos hijos; sin trabajo ellos y la abuela hacen circo maroma y teatro para sobrevivir con la pensión del abuelo. Hacinamiento, irritación, estrés, encabronamiento un día si y otro también, es lo que manifiesta la abuela Aitana, pero “hay un Dios y nos veremos en las urnas” termina diciendo durante una breve conversación, repentinamente silenciada por la hija y el esposo de esta. Mire compadre, ya no le puedo contar más, pero puede darse una vuelta por el vecindario, no faltará quién le cuente, estamos muy enojadas.
Se preguntaran del énfasis en las mujeres, porque son Madres, punto.