Tres cerebros en uno

Eric Rosas

Si preguntásemos a cien personas cuál es el órgano que define nuestra existencia, cada una de ellas diría, sin duda, que es el cerebro. Esta masa encefálica protegida celosamente por nuestro cráneo, alberga nuestros pensamientos e ideas, pero también emite las coordinadas órdenes que mantienen funcionando a todos los demás órganos de nuestro cuerpo.

Siendo el cerebro la razón misma de nuestra existencia, la comprensión acerca de cómo es que el del humano difiere tan poco físicamente, pero al mismo tiempo tanto fisiológicamente del de otros animales, ha sido materia de diversas hipótesis a lo largo de muchos años. En la búsqueda de la trayectoria seguida por la evolución del cerebro del homo sapiens sapiens, destaca de forma especial la teoría del cerebro triúnico o triple, planteada a mediados del siglo XX por el científico Paul Donald MacLean, quien nació el 1 de mayo de 1913. Según MacLean, nuestro actual cerebro es en realidad tres cerebros integrados muy efectivamente en uno solo; éstos son: el cerebro reptil o reptiliano, el cerebro paleomamífero o sistema límbico, y el cerebro neomamífero o la neocorteza.

La capa más profunda y primitiva de nuestro cerebro, el reptiliano o también llamado complejo R, estaría formado por estructuras tan básicas como el tronco del encéfalo o tallo cerebral, y el cerebelo. Es responsable de aquellas decisiones fundamentales para la supervivencia, como los latidos del corazón y la respiración misma. Se denomina reptiliano porque el comportamiento de los reptiles se caracteriza por funciones como las descritas y se encuentra dominado por el tallo cerebral y el cerebelo.

La capa evolutiva cerebral intermedia se encuentra localizada en el borde del diencéfalo y el telencéfalo, de ahí el nombre de límbico, cuya etimología precisamente significa borde; y comprendería órganos como el hipotálamo y su cuerpo mamilar, la amígdala cerebral, el hipocampo, la cisura longitudinal, el septo y el fórnix. Este cerebro paleomamífero es el responsable, entre otras funciones, del control de la memoria, del aprendizaje y de las emociones, mismas que sólo puede procesar mediante una adecuada coordinación con la corteza cerebral.

La capa más evolucionada de este cerebro triple es la neocorteza cerebral o neocórtex. Sólo se encuentra presente en mamíferos y se encarga de funciones tan relevantes como la cognición, la percepción sensorial y el control motor. Se considera que es la neocorteza la que ha colocado al humano en la cúspide de la evolución animal, pues se le atribuye la capacidad para desarrollar el lenguaje, el razonamiento y la sapiencia que nos da la posibilidad de abstracción, planificación y percepción… y así, la luz se ha hecho.