La población mexicana está cada vez más obesa, más enferma y más lejos de los servicios públicos de salud

CIUDAD DE MÉXICO, 16JUNIO2019.- En el 2018, las Unidades de Medicina Familiar (UMF) del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en todo el país, otorgaron más de 7.5 millones de atenciones preventivas a hombres entre 20 y 59 años de edad, con el objetivo de evitar o retrasar enfermedades crónicas como diabetes, hipertensión y detectar diversos tipos de cáncer, como la próstata, que es la segunda causa de muerte en los varones. El Seguro Social implementó desde hace más de 10 años PrevenIMSS en empresas, estrategia que consiste en trasladar a personal del Instituto a los centros laborales, y aplicar ahí los servicios preventivos a las y los trabajadores. FOTO: CUARTOSCURO.COM

En México, la población tiene cada vez más sobrepeso y obesidad, la prevalencia de diabetes es mayor, la crisis sanitaria por COVID-19 expuso más a las personas a la enfermedad y los servicios médicos públicos no son la respuesta para la mayoría de quienes necesitan atención, así lo demuestran los resultados de la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (Ensanut) 2020, presentados este 11 de junio. El estudio tuvo como muestra 10 mil 216 hogares, en nueve regiones.

Los resultados, señaló, durante la presentación, Hugo López-Gatell, subsecretario de Salud, son el retrato de un sistema de salubridad precario que ha sido insuficiente para cubrir las necesidades de los mexicanos, y que los últimos 20 años tuvo una reducción de su capacidad en relación al crecimiento de la población.

Entre quienes participaron en la muestra que sirvió de estudio para esto, 74.1% de mujeres y hombres con 20 años y más presentan sobrepeso y obesidad, lo que representa un aumento de 2.8 puntos porcentuales con respecto al 2012.

De las mujeres mexicanas, 76% no tiene un peso saludable, contra el 73% del 2012; mientras que entre los hombres, 73% está excedido, cuando hace nueve años, ese porcentaje era de 69.4%.  La mayor prevalencia de obesidad se observó en las regiones pacífico (43.9%), frontera (39.3%) y península (41.5%).

En los últimos ocho años hubo, además, un aumento de diabetes por diagnóstico médico, esta enfermedad pasó de una prevalencia de 9.2% en 2012 a 10.6% en 2020.

A nivel nacional es alta también la proporción de la población con diagnóstico médico de otros padecimientos crónicos: 13.4% tiene hipertensión; 1.7%, enfermedad cardiovascular y 2.1%  enfermedad pulmonar crónica. Entre los adultos, 49% tiene triglicéridos elevados y 26.1% tiene colesterol total alto.

Los resultados sobre nutrición muestran que la prevalencia de baja talla en niños y niñas menores de cinco años de edad fue de 13.9% y la de bajo peso de 4.4%. El sobrepeso en este grupo es de 8.4%; mientras que la prevalencia de sobrepeso y obesidad en niños de 5 a 11 años fue de 19.6 y de 18.6%.

La Ensanut 2020 también muestra que, a nivel nacional, la inseguridad alimentaria leve aumentó entre 2018 y 2020, al pasar de 32.8% al 38.6%. La encuesta también documenta que 4.7% de las y los adolescentes son fumadores, mientras que en los adultos el consumo de tabaco alcanza el 16.8%.  En consumo de alcohol, el porcentaje en adolescentes es de 21.3%; y en adultos, 54.3%.

Qué tan inmunes a COVID son los mexicanos

La población mexicana alcanzó, hasta noviembre de 2020, cuando se cerró el estudio, una seroprevalencia, es decir la presencia de anticuerpos para SARS-CoV-2, de 24.9%, a nivel nacional, expuso Tonatiuh Barrientos, director del Centro de Investigación en Salud Poblacional del Instituto Nacional de Salud Pública (INSP). Ese dato refleja el porcentaje que ya estuvo en contacto con el virus y generó anticuerpos, aunque no hayan mostrado síntomas.

Los resultados se obtuvieron a partir de la determinación de anticuerpos de las personas que participaron en la encuesta, a quienes se les pidió donar una muestra de sangre. Los análisis en suero se hicieron en el Instituto Nacional de Diagnóstico y Referencia Epidemiológicos (InDRE). El estudio abarca solo los meses de agosto a noviembre y se hizo por regiones.

Lo que se encontró es que una cuarta parte de los estudiados habían entrado ya en contacto con el virus: 24% eran desempleados; 16.7% eran personas retiradas; 30%, trabajadores formales y 28% informales.

Del total de quienes resultaron con anticuerpos: 21.4% tuvieron síntomas, 11.2% mostraron manifestaciones leves y 67.3% fueron asintomáticos.

A la salud pública no voy

De la muestra de la encuesta, 18.6% reportó una necesidad de salud, 82% buscó atención, pero solo 34% acudió a los servicios públicos. En 2018 ese porcentaje fue de 41%. “Esto es una hipótesis, pero podría ser un desplazamiento hacia el sector privado asociado con COVID, por la reconversión de los hospitales, pero es una hipótesis”, señaló Arantxa Colchero, directora de Economía de la Salud, del Centro de Investigación en Sistema de Salud, del INSP.

Entre quienes no acudieron a atenderse, pese a que lo necesitaban, 18% no se atendió porque consideró que no era tan grave, 12% no buscó atención porque no tenía dinero y considera caro ir al médico, y 11% no fue porque tuvo miedo a contraer COVID.

Poco menos de la mitad de la muestra que necesitó atención médica, 40%, dijo estar afiliada al IMSS, pero solo 49% de estos acudieron ahí a buscar atención; 13% fueron a un consultorio adyacente a farmacia (CAF); 32% a otros servicios privados y 5% a la Secretaría de Salud.

De los derechohabientes del ISSSTE, solo 36% acudió a esta institución; 5% a la Secretaría de Salud; 10% a un consultorio adyacente a farmacia y 47% a otros servicios privados.

En total por lugar de atención, 23% fue al IMSS; 4% al ISSSTE; 15% a la Secretaría de Salud; 18% a un consultorio adyacente a farmacia y 39% a otros servicios privados de salud.

Quienes eligieron los consultorios adyacentes a farmacia dijeron que lo hicieron por la cercanía, porque los tiempos de espera son bajos y porque perciben que es barato comparado con otros servicios privados, aunque el gasto de bolsillo aquí es alto.

Entre las personas que presentaron síntomas de COVID, 76% uso servicios privados de salud para atenderse y 24% públicos.

El problema del uso de servicios privados es que muchos establecimientos no están regulados, como en el caso de los CAF, señaló la doctora Colchero, y “sabemos que en estos lugares el personal de salud está menos calificado, además de que hay un problema grave de gasto de bolsillo”.

Colchero también señaló que muchas personas usaron otro tipo de servicios privados “y no sabemos quiénes dan esos servicios. El objetivo de la Ensanut 2021 será estudiar quiénes son los proveedores del sector privado que no son CAF”.

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