Clase media

Jorge Flores Martínez

No hay forma de entender las razones de pelearse con la clase media, simplemente no puedo armar el andamiaje mental para justificar el enfrentamiento del presidente con los millones de hogares mexicanos que aspiran todos los días a mejorar sus condiciones de vida con su trabajo, esfuerzo y creatividad.

Mi familia es una de tantas en México que se puede definir como clase media, nada nos han regalado y todo, lo mucho o muy poco, es resultado de un enorme esfuerzo y sacrificio de varias generaciones. Mi abuelo, por ejemplo, fue un pobre niño español que emigró a los 13 años a México, llegó solo con sus ganas de trabajar y romperse el lomo todos los días. Mi otro abuelo, fue hijo de un abarrotero español que perdió todo en la revolución, mi abuelo, el décimo de 11 hijos, estudió medicina y trabajó siempre como si la vida fuera solo eso.

La clase media que viví en las casas de mis abuelos fue maravillosa, un español más bueno que el pan, jamás le escuché una mala palabra, era decente, educado y eso que no terminó la primaria. Mi abuela una mujer increíble, educada, culta y maravillosa que en su sencillez nos transmitió la buena costumbre de ser buenas personas. Mis otros abuelos eran también increíbles, uno un doctor querido y respetado, siempre atento y educado. Mi abuela la mujer más fina, culta e inteligente que he conocido.

Mis padres, dos personas maravillosas, mi papá, médico de profesión, buen hombre por vocación y amigo por convicción. Siempre preocupado por los demás. Mi madre una mujer increíble, la compañera inseparable de mi padre, ellos lograban que lo imposible fuera posible.

La familia de mi esposa es muy parecida y lo único que intentamos fue transmitir esos valores a nuestras hijas: educación, respeto y decencia. No tenemos grandes recursos, todos los dedicamos a darles la mejor educación posible, colegios, universidades y especialidades. Hacer de nuestras hijas dos ciudadanas mexicanas que con su trabajo, esfuerzo y creatividad construyan un mejor México para todos. Porque justamente esa es la característica de la clase media, su trabajo, esfuerzo y creatividad hacen que sea posible un México mejor.

No nos impulsa el egoísmo y mucho menos el individualismo que tanto nos acusa el presidente, por el contrario, todo lo que hacemos lo hacemos por nuestras familias y por nuestros semejantes.

Al final del día, nunca nos ha motivado el voto de nadie, solo la convicción que nuestro trabajo es y será la mejor forma de contribuir con nuestro país.

Si al presidente no le gusta la clase media, será que no entiende lo que somos y representamos.