La guerra de las corrientes

Eric Rosas

La corriente eléctrica es un flujo de cargas eléctricas motivado por una diferencia de potencial eléctrico que empuja a los electrones, de manera similar a como sucede con la acción de la gravedad sobre la masa, por ejemplo, en un canal de agua cuyos extremos están ubicados a distinta altitud y esto provoca el descenso del líquido. Las aplicaciones de la electricidad aumentaron significativamente en la segunda mitad del Siglo XIX, sobre todo luego la Exposición Mundial de París de 1881 en la que presentara su lámpara incandescente Thomas Alva Edison, cuyas invenciones basadas en la corriente directa —basada en un fluido eléctrico mantenido por una tensión eléctrica constante—, dominaban en los Estados Unidos de América.

Fue en la década de 1880 a 1890 cuando la llamada “guerra de las corrientes” enfrentó a la compañía General Electric Company, fundada por Alva Edison, con la Westinghouse Electric Company, de George Westinghouse, y que tenía como su ingeniero estrella al genio de Nikola Tesla, quien nació el 10 de julio de 1856 y había desarrollado una alternativa a la corriente eléctrica continua de Alva Edison. La invención de Tesla consistía en variar la diferencia de potencial de manera suave y periódica para causar un cambio similar en la intensidad y el sentido de las cargas eléctricas que conforman la corriente; y que por este motivo se conoce desde entonces como la corriente alterna.

Aunque la variación más común de la corriente alterna es la que sigue la forma de la función trigonométrica llamada seno, esta alternancia también puede darse con otras funciones, como los escalones rectangulares o triangulares. A partir de este desarrollo, Tesla fue capaz de construir el alternador o motor de inducción de corriente alterna que posibilitó el uso más eficiente de dicha máquina electromecánica y terminó sustituyendo la mayoría de las muy extendidas aplicaciones de la corriente eléctrica. En los alternadores, la distribución espacial de los magnetos que conforman a su estator provoca que el campo magnético sea cambiante, y con ello la inducción de la corriente eléctrica que se genera replica tal oscilación para modificar alternadamente tanto su intensidad como su signo, alcanzando máximos intercalados con ciclos fijos.

El motor eléctrico de corriente alterna no fue el único invento de Tesla; sin embargo, muchas de sus creaciones encontraron enorme resistencia y no llegaron a comercializarse porque desde entonces representaban una fuerte competencia que habría desplazado a muchas firmas con enorme poder, como resultó con la misma General Electric Company de Alva Edison, a la que terminó arrebatándole el mercado de la iluminación… y así, la luz se ha hecho.