Delta le dijo al mundo ‘despierta’ y le recordó una verdad dolorosa: el COVID no se irá

Hace solo unas semanas, gran parte del mundo parecía dispuesto a dejar atrás al COVID.

El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, declaró que el país estaba cerca de independizase del virus. Los británicos salieron a la pista de baile para celebrar su ‘Día de la Libertad’. Y el Gobierno legendariamente estricto de Singapur señaló que comenzaría a flexibilizar su enfoque de cero casos y que haría más manejables la vida y los viajes.

Pero si esos lugares estaban listos para terminar con el COVID, el COVID no había terminado con ellos.

La campaña de vacunación de EU se encontró de frente con la variante Delta. La reapertura del Reino Unido ha coincidido con un nuevo aumento de casos y temores de un ‘covid prolongado’ en los jóvenes. En África, las muertes se han disparado debido a que los suministros de vacunas siguen siendo escasos. Y en Japón, el aumento de los contagios ha obligado a que los ya postergados Juegos Olímpicos de verano se realicen en estadios vacíos.

En todo el mundo, las personas y los Gobiernos están descubriendo que el COVID no se extinguirá, sino que es más probable que perdure y se vuelva endémico. Con eso vendrán recuperaciones tardías en los lugares que han tenido menos acceso a las vacunas. Y los países ricos en vacunas y recursos seguirán enfrentando sus propias secuelas económicas y de salud, como lo están descubriendo en EU y el Reino Unido.

Las vacunas han marcado la diferencia en los lugares donde se han desplegado ampliamente. En las últimas semanas, los casos en el Reino Unido han aumentado drásticamente, pero no ha habido un aumento equivalente en las muertes y el número de nuevos contagios ha disminuido en los últimos días. Las vacunas son, literalmente, salvavidas.

Al ritmo actual de vacunación, 75 por ciento de la población de la Unión Europea será inoculada dentro de dos meses, un nivel que puede ser suficiente para hacer retroceder el virus. China y el Reino Unido están avanzando a un ritmo similar, según el seguimiento realizado por Bloomberg Vaccine Tracker.

Pero después de avanzar rápidamente, la ahora estancada campaña de vacunación de EU tardará ocho o nueve meses en alcanzar una cobertura de 75 por ciento debido a los focos de población que persistentemente se resisten a las vacunas en algunas partes del país.

Otros lugares se encuentran en una situación más desesperada: Indonesia, con un brote violento, está a un año y medio de distancia. India necesitará otro año, al ritmo actual. En África, países como Egipto, Nigeria y Sudáfrica están al menos a un año de lograrlo, o mucho más, según el análisis de Bloomberg.

Muchos países de bajos ingresos dependen de mecanismo Covax, el programa creado el año pasado para distribuir vacunas de manera equitativa en todos los rincones del planeta. Pero la iniciativa ha entregado solo 140 millones de dosis de las mil 800 millones que pretendía proporcionar a principios de 2022, afectada por retrasos de los suministros de India.

La pandemia recortó además la producción mundial en 15 billones de dólares, la peor recesión en tiempos de paz desde la Gran Depresión, y la disparidad en las dosis está creando una brecha económica a medida que los países más ricos se recuperan más rápidamente que los menos adinerados.

Este martes, el Fondo Monetario Internacional mantuvo estable su perspectiva de crecimiento global en 6 por ciento para el año, pero dentro de esa proyección recortó su perspectiva para los mercados emergentes y elevó su pronóstico para las economías avanzadas.

Otro análisis anterior predijo que la asignación desigual de vacunas sería un lastre para el PIB en las economías avanzadas que han protegido a la mayoría de sus ciudadanos, privando a la economía global de billones de dólares.

Es probable que las consecuencias sean mayores en los lugares más pobres del mundo, dijo a los periodistas Lawrence Summers, exsecretario del Tesoro de EU, en una llamada a principios de este mes.

“El COVID será recordado como uno de los eventos económicos más graves de este siglo para EU, pero es posible que sea el evento más grave para algunas partes del mundo en desarrollo”, afirmó Summers.

Existe el peligro de que la recuperación en forma de ‘V’ de este año mute a una forma de ‘W’, donde el crecimiento retroceda nuevamente antes de volver recuperarse, advirtió Warwick McKibbin, profesor de economía de la Universidad Nacional de Australia. Los Gobiernos tienen los mayores déficits desde la Segunda Guerra Mundial y han proporcionado más liquidez solo en el último año que la década anterior en conjunto, lo que limita sus opciones para apuntalar aún más las economías, dijo McKibbin.

La variante Delta se ha sumado a dicha incertidumbre. Según un análisis publicado el lunes por Bloomberg Economics, la variante de rápida propagación podría ampliar la brecha en la velocidad de la recuperación entre los lugares con mayores y menores niveles de vacunación.

Las advertencias de esas desigualdades han estado sonando fuerte durante algún tiempo. Según Bloomberg Vaccine Tracker, los 25 países y regiones más ricos del mundo han administrado 18 por ciento de las dosis totales, a pesar de tener solo 9 por ciento de la población.

Esas condiciones son “un cóctel tóxico para el desastre”, subrayó Joanne Liu, profesora de salud global en la Universidad McGill de Montreal y expresidenta internacional de Médicos sin Fronteras.

“Es como el cambio climático”, dijo desde Túnez, donde está ayudando en la respuesta frente al COVID. “Lo vemos venir, no sabemos cómo vamos a detenerlo. Se necesita un gran esfuerzo colectivo, es decir, solidaridad, intercambio y distribución equitativa de vacunas y suministros”.

La distribución desigual de vacunas también podría permitir que el virus SARS-CoV-2 siga circulando y genere variantes más preocupantes que podrían escapar de la protección inmunológica de las inyecciones y representar una amenaza para todos, incluidos los países ricos. Eso sería especialmente alarmante si esas variantes avanzan al comienzo del invierno, cuando las condiciones son propicias para los virus respiratorios.

Aunque es probable que lo peor haya pasado para EU y sus pares europeos, esos afortunados países no pueden bajar la guardia. El Reino Unido eliminó el 19 de julio prácticamente todas las restricciones, pero a los científicos les preocupa el creciente número de personas que sufren de fatiga persistente, dificultad para respirar, problemas cognitivos y una serie de otros problemas. Aproximadamente un millón de personas en el Reino Unido ya informan tener esos síntomas de ‘covid prolongado’. El país dio prioridad a los grupos de mayor edad en su campaña de vacunación, lo que significa que un porcentaje menor de jóvenes británicos ha recibido sus vacunas.

En EU, la administración de las inyecciones se ralentizó justo cuando la variante Delta comenzó a circular. Si bien la tasa de muertes aún no ha seguido el aumento de los casos, los hospitales en las regiones estadounidenses con menor tasa de vacunación se están llenando nuevamente de pacientes con COVID.

Después de más de 4 millones de muertes y casi 200 millones de casos, el mundo está cansado.

Pero la conclusión es que las naciones necesitarán descubrir cómo vivir junto al virus. Muchos científicos esperan que la enfermedad se convierta en endémica, que circule durante los próximos años, pero que probablemente represente una amenaza menor con el tiempo a medida que las personas desarrollan cierta inmunidad a través de infecciones naturales o vacunas.

El Financiero