¿Letra o número?

Eric Rosas

Muchos hemos escuchado del código ideado por Samuel Morse para enviar palabras en forma de señales eléctricas, que viajaban a través de los cables usados en la telegrafía alámbrica. Sin embargo, es casi desconocido que en los albores de las telecomunicaciones por cables hubo otro también muy importante, creado alrededor de 1874 por Jean Maurice Émile Baudot —nacido el 11 de septiembre de 1845— y que fue denominado como el Código Baudot.

De hecho, este código telegráfico desarrollado por Baudot fue conocido oficialmente como el Alfabeto de Telegrafía Número Uno, y en él cada letra y número eran codificados con la ayuda de una máquina llamada teletipo, que constaba únicamente de cinco teclas, cada una de las cuales podía pulsarse o no. Esto permitía que el máximo número posible de combinaciones que podían construirse con las cinco teclas fuera tan sólo de 32, ya que este es el resultado de elevar el número dos —correspondiente a las dos opciones para cada tecla: pulsada o no— a la quinta potencia —por las cinco teclas disponibles—, pues el dos multiplicado por sí mismo cinco veces es igual a 32.

Estas 32 combinaciones que podían realizarse con las cinco posiciones del código de Baudot no alcanzaban para generar símbolos distintos para todos los caracteres necesarios —las 26 letras del alfabeto más los diez dígitos, del cero al nueve—, por lo que Baudot usaba un espacio para diferenciar entre letras y números, y duplicar el número de combinaciones disponibles. Sin embargo, este espacio en blanco causaba numerosas confusiones; limitante que Donald Murray resolvió casi un cuarto de siglo más tarde mediante la asignación de códigos de control; es decir, de dos combinaciones particulares de las cinco teclas, que servían para indicar si las series que seguían a estos códigos de control correspondían a letras o a números.

Con esta introducción de los códigos de control, el renovado código de Baudot podía utilizar las mismas cadenas para las letras o los números sin generar ambigüedad, pues ahora era posible usar doblemente las 30 combinaciones restantes. Por ejemplo, la misma serie de cinco teclas servía para representar a la letra “A” o al número “1”, pues lo que hacía que fuera una u otro dependía de si el código de control que lo antecedía era el correspondiente a las letras o a los dígitos, respectivamente. Esto permitió incluir algunos caracteres vocálicos acentuados y otros signos muy usados, como el guion, los símbolos aritméticos, monetarios y ortográficos.

A pesar de esta mejora y de que los teletipos con cinco letras fueron ampliamente adoptados, el código inventado por Baudot cedió su lugar a otros como el construido por Morse… y así, la luz se ha hecho.