Paola, Cantón, autosuficiencia: ¿en qué están pensando?

Jorge Fernández Menéndez

Una cosa es que el presidente López Obrador tenga siempre otros datos y otra, muy diferente, que su gente viva en una suerte de realidad alterna, alimentada por sus propios discursos más que por la realidad. Tres historias de este fin de semana lo ilustran con toda claridad.

El caso de Paola Félix, hasta el sábado la secretaria de Turismo de la Ciudad de México, retenida al llegar a Guatemala en un avión privado y portando 35 mil dólares en efectivo (ahí están las actas ministeriales), es vergonzoso por donde se le busque. Pero el problema no es que haya volado en un avión privado, como lo quiso destacar la jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, para justificar su caída, sino que la secretaria de Turismo de la Ciudad haya ido a un compromiso social el mismo fin de semana en que se desarrollaba el evento turístico más importante del año, con una derrama de más de 14 mil millones de pesos para la ciudad, la carrera de la F1.

Luego se puede discutir si es correcto volar en avión privado o si el dinero era o no de ella. Incluso que viajara invitada por el productor y constructor Alejandro Gou al que la secretaria le entregó por adjudicación directa el Desfile de Muertos de la ciudad (muy desmejorado respecto al de años anteriores). El tema es que la ahora exsecretaria se largó de la ciudad cuando era el momento más importante del año, respecto a su encargo laboral. Un desastre por donde se le quiera ver: por lo ocurrido, por la explicación dada por la funcionaria que “ofreció” su renuncia casi al mismo tiempo en que se la aceptaban, por la propia causa esgrimida por su jefa (usar un avión privado). Lamentable también que este hecho haya ensuciado el enlace de Santiago Nieto y Carla Humphrey, una gran pareja, empática y en el mejor sentido de la palabra empoderada, que, como todas, pueden casarse donde quieran y como quieran. Aunque como en toda boda uno no puede evitar que algún invitado haga un papelón.

De pena ajena fue la forma en que se desarrolló la comparecencia del presidente del INE, Lorenzo Córdova, en la Cámara de Diputados. Córdova puede haber cometido o no errores en esa responsabilidad, pero el INE es una institución bien llevada y que se ha convertido en garante de comicios limpios y justos en el país. Todo mundo está en su derecho a discrepar de sus decisiones, pero los legisladores de Morena no terminan de comprender que su comportamiento no sólo insulta al presidente del organismo, sino que deslegitima al árbitro electoral, que se basa en normas y presupuestos que ellos mismos aprueban.

Hubo muchos dichos falsos y bochornosos en esa comparecencia, pero ninguno terminó siendo tan emblemático como el del diputado de Morena Óscar Cantón Zetina, quien luego de rechazar un saludo de Córdova y cuando éste quiso, lo tocó en la espalda gritó: “No me toques, igualado”, como mala actriz de telenovela en decadencia. Es un gesto indigno y despreciable de un legislador que podrá presumir de muchas cosas, menos de una carrera política impecable y rectilínea: la historia de Cantón Zetina y de los suyos no les permite darse baños de pureza. Pero insistimos, más allá de eso, es un gesto político y personal, sencillamente despreciable.

Pero el presidente López Obrador también aportó lo suyo este fin de semana en un tema que es de fondo. El primer mandatario dijo en Tula, Hidalgo, donde anunció una inversión de 60 mil millones de pesos, que reconfigurar las refinerías para que produzcan el combustible que consume México, es un tema de seguridad nacional. “Imagínense, dijo el Presidente, que cualquier nación extranjera decidiera no vendernos gasolina, tenemos nada más reservas para 10 días. Sería un caos. Nosotros debemos ser autosuficientes en alimentos, producir en México lo que consumimos y también producir en México nuestros energéticos, no depender de ninguna nación extranjera, de ninguna potencia extranjera, además, procesar aquí la materia prima significa trabajo para los mexicanos, y también ahorros”.

Lo podrían haber dicho, y lo dijeron, Echeverría y López Portillo. En realidad, es una suma de equívocos: en un mundo global como el nuestro, ningún país es autosuficiente y los que lo intentaron, Venezuela, Cuba, Nicaragua, México (en su momento) han ido a la quiebra económica y social. Debemos tener todas las ventajas potenciales en los intercambios comerciales, pero no es más barato ni genera mayores trabajos ser autosuficientes en todo (el gas que consume Alemania viene de Rusia). Sencillamente el mundo no funciona de esa forma. Tan no es así, que en la búsqueda de esa autosuficiencia el propio Presidente incluyó la compra de la planta de Deer Park, ubicada en Texas y de la que Pemex ya es socio desde hace años y que ahora se busca comprar en su totalidad.

Nuestros verdaderos problemas de seguridad pasan por otros ámbitos, no por la autosuficiencia alimenticia o de gasolina. Pasa por la migración, por ejemplo, por no contar con fronteras seguras, por un empoderamiento criminal que nos deja sin el control de cerca de 35 por ciento del territorio nacional, por la violencia cotidiana, notable este fin de semana, pasa también por la energía cuando estamos planteando, en pos de la autosuficiencia, una ruptura con nuestros principales proveedores y socios comerciales.

Excélsior