AMLO quiere soltarle el tigre a la oposición

Salvador García Soto

Ante la amenaza clara y directa que le soltó el bloque opositor a Morena en la Cámara de Diputados, de que consideren “muerta” la reforma eléctrica del presidente, luego de la soberbia, prepotencia y cerrazón con la que se condujeron la bancada oficial y sus aliados en la discusión del Presupuesto de Egresos de la Federación 2022, en Palacio Nacional ya preparan una estrategia para presionar y tratar de forzar la dictaminación y votación de su iniciativa constitucional en San Lázaro antes de que termine el año.

Sabedores de que sin 57 votos de la oposición, especialmente del PRI, la reforma eléctrica y energética efectivamente está muerta y no tiene posibilidad alguna de aprobarse sin una mayoría calificada, en la 4T han decidido apostarlo todo y, por órdenes directas del presidente, han puesto en marcha una campaña nacional y en las redes sociales para tratar de provocar una presión social y popular que obligue a los priistas a votar a favor de la iniciativa presidencial, o de lo contrario les genere un alto costo político por una “condena social y popular” por supuestamente apoyar, defender y representar a las empresas extranjeras del sector eléctrico.

La línea la marcó ayer claramente el presidente López Obrador al amenazar con que “si no aprueban la reforma van a terminar de demostrar que no representan al pueblo, que representan a las empresas extranjeras y a los que han hecho jugosos negocios al amparo del poder público”. Y de inmediato, la estrategia se activó; minutos después de las palabras presidenciales, el vocero Jesús Ramírez Cuevas subió a su cuenta de Twitter una encuesta de Parametría que supuestamente arroja que el 80% de los encuestados considera que “la CFE debe fortalecerse”, además de que el 51% cree que con la reforma eléctrica lopezobradorista disminuirán el precio de la luz. “La reforma eléctrica propuesta por el Gobierno de México tiene amplio consenso entre la población”, decía el Coordinador de Comunicación Social de la Presidencia, citando a Parametría.

Luego, el productor Epigmenio Ibarra secundó también el llamado presidencial con un mensaje en Twiiter advirtiendo a los priistas que si rechazan votar a favor de la reforma lopezobradorista se suicidarían políticamente: “Con un acto suicida, una última traición, consumará el PRI su desaparición anunciada si vota con el PAN contra la Reforma eléctrica”. Antes, el también propagandista de la 4T había publicado su adhesión al llamado que realizó la dirigencia nacional de Morena, a través de un desplegado publicado a principios de noviembre, en el que llama a marchas y movilizaciones callejeras para presionar a los partidos de oposición a que aprueben la reforma del presidente: “Yo me sumo al ‘Llamado a la movilización por la defensa de la Reforma eléctrica’ y pido a quienes me siguen lo hagan también y compartan dando RT y Like, este desplegado. Nos vemos en las calles compañeras y compañeros. ¿Se suman? Es por el bien de México”, dijo Ibarra a sus seguidores en redes sociales.

Hoy el presidente ha convocado muy temprano a los integrantes de la bancada de Morena a una reunión privada en Palacio Nacional. Aunque no se dio a conocer el motivo de la reunión, fuentes de la presidencia afirman que se trata de dos asuntos: el primero, un agradecimiento y felicitación del presidente por haberle aprobado su presupuesto 2022 sin cambios y haber resistido las presiones de la oposición; y el segundo, tiene que ver con la estrategia para iniciar la discusión, dictaminación y votación de la reforma eléctrica, con la premisa de que si la oposición vota en contra, tendrán que enfrentar el reclamo y el rechazo popular por oponerse a la propuesta.

En términos llanos, López Obrador va a revivir su estrategia de campaña de amenazar con “soltar al tigre” si pretendían hacerle fraude en los comicios de 2018. Aquel 12 de marzo de ese año les advirtió a los banqueros, reunidos en su Convención Nacional en Acapulco, que si “soltaban al tigre” él no lo iba a poder amarrar de nuevo. Y ahora, parece que el tabasqueño quiere aplicarles la misma amenaza a los partidos de oposición, amedrentándolos con un supuesto zarpazo del tigre si se atreven a frenarle su reforma eléctrica o a negarle los votos necesarios para la mayoría constitucional.

Sólo que entre las dos amenazas hay dos momentos y dos personajes muy distintos: el AMLO del 2018 estaba en los cuernos de la popularidad, favorito en las encuestas y ya desde entonces seguro ganador de la elección presidencial; pero aquel era un líder antisistémico que representaba todo lo que la gente rechazaba y odiaba del gobierno en turno de Peña Nieto. El AMLO de ahora conserva sí un nivel de popularidad alto para su tercer año de gobierno, cerca del 60% de aprobación, pero tiene también un rechazo creciente del otro 50% de la población. Y no, por más que a veces él no lo entienda, ya no es un líder opositor ni un candidato en campaña, y todo lo que antes él cuestionaba del gobierno, lo representa ahora para un amplio sector de la población.

No hay duda de que una movilización convocada por Morena y apoyada por las estructuras y los propagandistas del gobierno sería importante y de que podrían incomodar y hasta asediar al PRI y a sus líderes si se niegan a darle los votos a la reforma eléctrica, pero de eso a creer que los mexicanos se van a volcar a las calles para defender a una empresa con un amplio historial de abusos, cobros indebidos y mala calidad en su servicio como es la CFE, habría un abismo. A ver si el “tigre” que ahora amenaza con soltar López Obrador, tres años después del desgaste del gobierno, no se le volvió un gatito.

NOTAS INDISCRETAS… Como era en un principio, en la declaratoria de muerte que decretó el bloque opositor contra la reforma eléctrica, la pelota vuelve a estar en la cancha del PRI. Serán los priistas los que determinen si el certificado de defunción que leyó en la tribuna legislativa el panista Jorge Triana se hace efectivo o si la reforma muerta resucita milagrosamente. Ayer el presidente le arrimó el caballo al líder parlamentario priista, Rubén Moreira, al que se refirió como “el que manda en el PRI” para lanzarle la advertencia de que si no le aprueban su reforma quedarán como aliados de las empresas extranjeras y no del pueblo. Hasta donde se sabe, Moreira fue clave para la declaración del bloque opositor en contra de la soberbia y la prepotencia de Morena en la discusión del presupuesto. En todo caso, el presidente tiene muy bien identificadas a las cabezas de la bancada priista y, seguro sabe de qué pie cojean, será cuestión de ver qué tanto resisten Moreira y Alejandro Moreno Cárdenas la presión y el embate que les viene desde Palacio Nacional y con todo el aparato de Estado. ¿Resistirán o aflojarán? Se aceptan apuestas… A propósito del presidente, pésimo timing escogió ayer para reiterar su respaldo al régimen represivo y dictatorial en Cuba, al que pidió nuevamente retirarle el embargo de Estados Unidos, justo el mismo día que los cubanos que sí viven y padecen al gobierno de Miguel Díaz Canel salieron de nuevo a las calles para gritar “Abajo la dictadura” en lo que se denominó el #15NCuba. En las principales ciudades de la isla, los jóvenes y críticos del régimen salieron a protestar aún en medio de una respuesta militar y policiaca que invadió las calles de La Habana y de otras ciudades para detener y levantar a los cubanos que protestaban a los que se llevaban en patrullas y furgonetas con rumbo desconocido y sin orden de aprehensión. Mientras López Obrador sigue soñando con una Cuba idílica gobernada por los Castro, la realidad es que cada vez son más los cubanos que, venciendo el miedo y aún a costa de su libertad y en muchos casos arriesgando su vida, alzan la voz para denunciar la opresión y la miseria en la que viven bajo la presidencia de Díaz Canel. Ayer mismo la policía política cubana asediaba y vigilaba las casas de periodistas, influencers y críticos del sistema, a los que les cortaban el internet y los amedrentaban. Las imágenes de detenciones arbitrarias y desapariciones de manifestantes inundaban las redes sociales. Pero el pronunciamiento del presidente mexicano no sólo fue desafortunado por lo que sucedía en Cuba ayer, sino también porque, a unos días de su visita a Washington, para reunirse con el presidente Joe Biden, y con el primer ministro canadiense, Justin Trudeau, el mandatario mexicano sigue cuestionando que la USAID estadunidense no le haya dado aún respuesta a su carta en la que le exigía que dejara de financiar a organismos civiles y políticos de oposición en México. La declaración no solo fue inoportuna, sino desinformada por parte del presidente, pues el canciller Marcelo Ebrard, en una conferencia de prensa en la embajada mexicana en Washington, el pasado 9 de septiembre, le respondió al corresponsal de Proceso, Jesús Esquivel, que ya había una respuesta de la USAID a la carta del presidente López Obrador y, aunque dijo que no podía revelar su contenido, fue muy claro al decir que la respuesta ya se había dado. ¿Entonces? O Marcelo no le informó al presidente o de plano ya se le olvidan las cosas al cumpleañero. Como sea el timing de sus comentarios críticos hacia las políticas estadunidenses no fue el mejor… Dados girando. Escalera. Mejora el tiro.

El Universal