Hallan, por primera vez, herramientas fabricadas por denisovanos

Un equipo de investigadores del Instituto Max Planck de Ciencias de la Historia Humana y de la Academia Rusa de Ciencias acaba de hacer público en ‘ Nature Ecology & Evolution’ el hallazgo de los restos más antigüos hasta ahora del aún misterioso linaje humano de los denisovanos. Con sus más de 200.000 años de antigüedad, estos huesos, además, están por primera vez asociados a herramientas y artefactos de piedra utilizados por estos lejanos parientes de los humanos modernos.

Identificados por primera vez hace poco más de una década, los denisovanos son, junto a los neandertales, los parientes más próximos de nuestra propia especie. Recientes análisis genéticos han sugerido que lograron extenderse por Asia, llegando hasta las islas del sureste asiático y Oceanía.

Y que por lo menos en dos ocasiones distintas se cruzaron con ancestros de los humanos modernos, dejando en su ADN una huella que llega hasta la actualidad.

Sin embargo, hasta ahora los paleontólogos sólo habían descubierto media docena de fósiles denisovanos, desenterrados en la cueva deDenisova, en Siberia, y en China. Y ninguno de ellos estaba asociado a herramientas que pudieran informar sobre el nivel tecnológico de la especie.

En su artículo, los investigadores anuncian ahora el descubrimiento de otros tres fósiles denisovanos en capas más profundas de sedimento de la propia cueva de Denisova. Se trata de ejemplares de hace unos 200.000 años, lo que los convierte en los más antiguos encontrados hasta el momento. Los anteriores restos, en efecto, tenían entre 122.000 y 194.000 años de antigüedad.

Los científicos examinaron 3.791 restos de la cueva de Denisova en busca de proteínas características de la especie descubiertas en otros ejemplares mediante análisis genético. Y entre todos esos restos óseos, la mayoría pertenecientes a animales, consiguieron identificar cinco huesos humanos, cuatro de ellos con el suficiente ADN como para revelar su identidad: uno de ellos resultó ser neandertal, pero los otros tres eran inequívocamente denisovanos. Según el análisis genético, dos de esos restos pudieron pertenecer a la misma persona, o a individuos distintos pero genéticamente relacionados.

«Estábamos realmente emocionados al identificar tres nuevos huesos denisovanos entre las capas más antiguas de la cueva Denisova -explica Katerina Douka, autora principal del estudio-. Nos enfocamos específicamente en las capas donde no se habían encontrado otros fósiles humanos antes, y nuestra estrategia funcionó».

Herramientas de piedra
La misma capa en la que se hallaron los fósiles contenía también una gran cantidad de artefactos de piedra y huesos de animales, restos que aportan valiosas pistas sobre las actividades y el comportamiento de los misteriosos denisovanos. Ninguno de los fósiles previamente hallados de esta especie había podido ser claramente asociado hasta ahora a herramientas. En palabras de Douka, «esta es la primera vez que podemos estar seguros de que los denisovanos fueron los creadores de los restos arqueológicos que encontramos junto a sus fragmentos óseos».

Los nuevos hallazgos indican que los creadores de esas herramientas vivieron en una época relativamente cálida y con temperaturas similares a las actuales, con bosques y grandes extensiones de campo abierto. Los restos de animales sacrificados y quemados en la cueva sugieren que los denisovanos pudieron alimentarse de ciervos, gacelas, caballos, bisontes y rinocerontes lanudos. «Podemos inferir -explica Douka- que los denisovanos se adaptaron bien a sus entornos, utilizando todos los recursos disponibles».

Las herramientas halladas son, en su mayoría, raspadores que pudieron ser utilizados para limpiar o tratar pieles de animales. Según los autores del estudio, la materia prima para fabricarlas procedía seguramente de los sedimentos del río que fluye justo al lado de la entrada a la cueva. Según Douka, «el lugar está en un punto estratégico, frente a una fuente de agua y a la entrada de un valle, un gran lugar para la caza».

Sin embargo, las herramientas relacionadas con estos nuevos fósiles no tienen contraparte en el norte o el centro de Asia. Aunque sí guardan una cierta semejanza con artefactos encontrados en Israel que datan entre hace 250.000 y 400.000 años, un período relacionado con cambios importantes en la tecnología humana, entre ellos el uso rutinario del fuego.

Según el nuevo estudio, además, los denisovanos podrían no haber sido los únicos ocupantes de la cueva en ese momento. Los huesos de carnívoros como lobos y perros salvajes sugieren que aquellos humanos competían activamente con estos depredadores por las presas, y quizá por la cueva misma.

«Por el momento -concluye Douka-, nuestro equipo continúa trabajando en la cueva de Denisova y varios otros sitios de Asia, y esperamos informar sobre algunas novedades interesantes muy pronto».

ABC