La economía de México sigue sin fuerza, asegura el IMEF

La economía de México continúa sin fuerza, indicó el Instituto Mexicano de Ejecutivos de Finanzas (IMEF), al explicar sus mediciones anticipadas de indicadores clave de la producción de manufacturas, consumo y los servicios.

El indicador IMEF Manufacturero de febrero registró un repunte de 2.3 puntos con respecto a enero de 2022, situándose en 50.9 unidades, regresando a zona ligeramente arriba de expansión después de haber caído por debajo de este umbral el mes pasado.

El Indicador IMEF varía en un intervalo de 0 a 100 puntos y el nivel de 50 puntos representa el umbral entre una expansión (mayor a 50) y una contracción (menor a 50), de la actividad económica.

Por su parte, el indicador IMEF No Manufacturero aumentó 1.5 puntos, para ubicarse en 50.5 unidades, ligeramente arriba del umbral de 50 unidades. El movimiento del indicador revierte la caída registrada el mes de enero y lo vuelve a posicionar en torno a la zona de expansión.

Así, las cifras del Indicador IMEF Manufacturero y No Manufacturero registraron un ligero repunte generalizado durante el mes de febrero, en línea con una mayor movilidad, así como certeza sobre la magnitud y severidad de los contagios de la variante Ómicron.

“No obstante, el resultado del mes no es lo suficientemente concluyente para determinar que la economía está en una dirección ascendente. No todavía. La coyuntura económica continúa siendo compleja, y las próximas cifras del Indicador IMEF serán clave para inferir el ritmo de la actividad económica”, dijo el IMEF en su reporte mensual.

Durante la segunda mitad del 2021 la reactivación de la economía mexicana, tras la crisis causada por la pandemia, se interrumpió.

En el último trimestre del año el PIB sufrió un estancamiento (con una variación secuencial de 0.0%), después de haberse contraído -0.7% en el tercer trimestre.

Con ello, al cierre del año pasado la economía mexicana se ubicaba 3.3% por debajo de su nivel al cierre de 2019, antes de que comenzara la crisis.

La evolución de la actividad económica ha tenido diferencias considerables por sector. Las actividades secundarias registraron expansiones de 0.2 y 0.4% en el tercer y cuarto trimestre de 2021, con lo que cerraron el año 1.9% por debajo de su nivel de 2019.

Su impulso provino principalmente de las manufacturas, que se han expandido arrastradas por las exportaciones, en tanto que la construcción ha seguido una tendencia errática y permanece considerablemente por debajo de su nivel previo a la crisis.

Por su parte en el sector terciario, que representa cerca de dos terceras partes de la economía, se dieron contracciones de -1.4 y -0.6% en el tercero y cuarto trimestre de 2021, de modo que la brecha respecto a lo observado antes de la crisis se ha ampliado a 4.4 por ciento.

Al interior del sector terciario destaca la considerable caída que sufrieron los servicios profesionales y corporativos, como resultado de la entrada en vigor de la ley que regula la subcontratación (outsourcing).

“La desfavorable inercia del crecimiento, observada desde la segunda mitad del año pasado, así como la nueva ola de contagios y decesos por Covid durante las primeras semanas de 2022 y el conflicto geopolítico en Europa del Este, apuntan a que la economía en la primera parte del año continuará mostrando debilidad”, proyectó el IMEF.

En ese contexto, desde la perspectiva del IMEF, es improbable que el PIB para el 2022 en su conjunto pueda regresar al nivel registrado en 2019. Ello contrasta con la experiencia de otros países en la crisis actual, como Estados Unidos, así como con la experiencia de México en episodios previos de crisis; en ambos casos el PIB regresó a su nivel de antes de la crisis tras sólo un año.

El Economista