Un delirio educativo

Jorge Fernández Menéndez

En la SEP están a punto de darle un golpe mortal a la educación en el país. El nuevo plan educativo tendrá consecuencias más graves aun que aquellas reformas que se hicieron en el gobierno de Luis Echeverría y que distorsionaron gravemente todo el sistema de educación pública, llevándonos, paso a paso, al enorme deterioro de hoy.

El plan anunciado por el inefable Marx Arriaga, director de Materiales Educativos de la SEP, y confirmado por el propio presidente López Obrador, deformará la educación en todos los niveles, es un plan que no tiene antecedentes pedagógicos en ningún otro país y que es una suma de ocurrencias ideológicas que buscan alinear la educación pública, como lo reconoce la SEP, con los propósitos de la 4T.

Es ideología, no educación, son ocurrencias, no pedagogía.

Es un invento de una SEP que, ante el abandono de Delfina Gómez, ocupada en buscar la candidatura del Estado de México, ha quedado bajo control de los sectores más radicales e ignorantes del lopezobradorismo. Como dice Gilberto Guevara Niebla, el secretario de Educación Pública al inicio de este sexenio, exlíder del 68 y verdadero experto en temas educativos, en su libro La regresión educativa (Grijalbo 2022), “la educación de México experimenta un retroceso. El gobierno federal actual eliminó la reforma educativa de 2013, pero no produjo un nuevo proyecto; en cambio, puso en práctica políticas que dañan la oferta educativa. El Presidente volvió la espalda a la educación persiguiendo un objetivo político, en el sentido populista, mezquino, del término”. El plan educativo anunciado se basa en la misma visión populista, radical, perversa, más enfocada en los intereses que en la educación que tiene la CNTE.

Hace diez años publicamos con Bibiana Belsasso el libro La élite y la raza (Taurus, 2012). En su momento, ese diagnóstico sobre la educación en México fue ignorado tanto por el gobierno que estaba a punto de iniciar como por la izquierda.

Ambos, por distintas razones, consideraban que el problema no era la Coordinadora, sino el SNTE y su entonces lideresa, Elba Esther Gordillo. Se equivocaban: más allá de los excesos que pudieran haberse cometido, ni Elba Esther ni el SNTE eran el verdadero obstáculo para reformar la educación. Era la Coordinadora, una expresión violenta, radical, que trabaja para sí misma, que tiene en el abandono la educación en los estados donde opera y cuyo principal interés es el dinero, el control de la nómina educativa y las plazas de maestros. Hoy, esa forma de usar la educación pública se convierte en norma.

En noviembre de 2012, en La élite y la raza, escribíamos que una de las dos grandes amenazas para la educación pública (la otra era la creciente privatización de la misma) “es lo que podríamos llamar la ideologización de la pobreza y, de la mano con ella, la de la propia educación.

“No importa quién sea el presidente o el gobernador y cuál la coyuntura: se ha creado un monstruo que, paradójicamente, cuanto más hunde al Estado y a su educación, más poderoso se hace. El único interés es el propio.

“Oaxaca, Michoacán, parte de Chiapas y Guerrero tienen, gracias a estos grupos, los peores índices educativos del país…

Es un magisterio, unas secciones sindicales, muy peculiares: muchos no son maestros, porque las plazas se heredan y se venden; cualquiera que salga de la escuela Normal, como sea que lo haya logrado, tiene asegurada automáticamente una plaza… Las promociones no se dan por la capacidad, sino por la movilización.

“Han conseguido algunos de sus objetivos políticos y económicos, pero a esos líderes no les interesa ni la infraestructura escolar ni los desayunos, tampoco los útiles o las becas, salvo que les den a ellos el recurso de esos programas para manejarlo. Quieren dinero y por eso piden cosas que saben que no lograrán para quedarse con lo más posible en la negociación, mientras ahorcan al resto de la sociedad en los lugares donde controlan la educación.

“Nada beneficiaría más a las familias, a los estudiantes y a los propios maestros que reformas educativas que les dé a los maestros mayor respetabilidad social y preparación, de la mano con mejores salarios. Pero creen que así se “privatiza” la educación.

“Los que están privatizando la educación son esos mismosgrupos: ¿qué puede ser más privatizador que exigir que las plazas del sector público sean patrimonio de una persona, que la pueda vender o heredar como un bien personal, privado?, ¿qué privatiza más la enseñanza que la irresponsabilidad de dirigentes magisteriales que se toman más días para marchar, manifestarse, hacer plantones o bloquear calles que para dar clases?, ¿qué impulsará más a una familia a enviar a sus hijos a una escuela privada que el hecho de que sus hijos encuentren una y otra vez la escuela pública cerrada y a sus maestros en la calle? Estos grupos son los verdaderos impulsores de la privatización de la educación y quienes quieren regresar, a como dé lugar, al viejo sistema político, económico y magisterial. Son los más conservadores, los más reaccionarios, del escenario político nacional”.

AHORA CONTRA LOS PERIODISTAS

Es insólito que se persiga periodistas por publicar información pública y de interés. Las llamadas del fiscal Gertz en relación con el proceso a las señoras Morán-Cuevas develaron un delito, era obligado difundirlo. Ya la FGR ha perseguido familias, científicos, miembros del equipo presidencial, ahora a los periodistas que divulgan lo ilícito de esas persecuciones. Con un abrazo solidario para mi amigo Mario Maldonado.

Excélsior