Federico Reyes Heroles
Plantar un árbol, educar a un niño, curar enfermos… Los ciudadanos podemos hacer patria todos los días.
Extrañando a Fuentes.
De poetas a cantantes, muchos usan la expresión. Pero siendo la misma, lo primero que debemos aceptar es su riqueza, su diversidad, su vocación generosa para adaptarse al uso que cada mente le quiera dar.
Plantar un árbol, anotar un gol, educar a un niño, curar a un enfermo o un anciano, levantar un muro, adoptar un parque, regalar ropa, guisar para un festejo, detenerse frente a la luz roja o respetar a los peatones. Ser amable en el servicio público o privado, ir a votar, manifestarse, tomar de la mano a un niño que busca seguridad, tolerar con paciencia una obra pública, trabajar en un laboratorio durante horas y horas, guardar silencio en una biblioteca pública, cuidar sus libros. Llegar puntual al trabajo, auxiliar a los compañeros, a las compañeras, sobre todo si están gestantes, recomendar a un médico para alguna dolencia, no desesperar frente a los ancianos, no ensuciar la calle o la carretera, o un río o una playa, o un bosque, todo lo que es nuestro, de esa comunidad enorme que llamamos nuestro país. Ser cuidadoso con las palabras para no envenenar el ambiente, cultivar el buen trato para quien nos atiende al vacunarnos, decir por favor o gracias, cantar en un recital escolar como si fuera el Palacio de Bellas Artes. Los ciudadanos podemos hacer patria todos los días, de manera discreta, en silencio. Será la vida la que nos indique cuál es el próximo reto, auxiliar a una mujer que resbala en la calle, prestar un paraguas para proteger a un bebé, comprar ciertos productos para beneficiar una causa o rechazar otros por el daño que causan. Hacer patria supone que un empresario no nos time con sus productos, que haga su mejor esfuerzo por entregar bienes o servicios que de verdad satisfagan al cliente. Un ciudadano común puede hacer mucho por su patria aunque jamás se lleve un aplauso.
Pero claro, las responsabilidades pueden crecer, ser maestro, digamos, implica aceptar cierta conducta ejemplar, pero también la disposición a atender a las individualidades, porque, al final del día, todos somos individuos con problemas particulares. Y qué decir de un médico que tendrá que afrontar dilemas terribles para sacar adelante una vida. Imaginemos la responsabilidad del director de un hospital o de un juez que debe impartir justicia, o de un alcalde que siempre tiene que estar a disposición de sus conciudadanos. Qué decir de un representante popular, en el nivel que sea, de ellos exigimos que expresen nuestro sentir, que estudie con esmero cada caso, que legisle con mano temblorosa –como diría el clásico– para cometer la menor cantidad de errores posibles, errores que afectarán la vida de muchos. Por eso, lo mínimo que esperamos de nuestros representantes es seriedad, asumir que sus palabras y sus actos pueden tener consecuencias negativas, que sean cuidadosos y respetuosos de sus funciones. Porque, además, nuestros representantes y gobernantes ostentan el nombre de nuestro país, de nuestra patria, a la que deben respetar para así generar respeto. A mayor responsabilidad frente a la sociedad, mayor exigencia de amor a la patria.
Por eso desconcierta el descuido que nos invade desde hace tres años, cómo es posible que, desde la tribuna presidencial, se critique a una profesión de la nobleza de la medicina, que se diga que tenemos que importar médicos cubanos, que es conocido que vienen a adoctrinar y que son explotados por su gobierno, lo han denunciado instancias internacionales. Cómo afirmar que a los niños mexicanos se les aplicará una vacuna que no ha recibido ninguna certificación. Y así es cada día, cada semana hay nuevos dardos de veneno que demuestran un terrible desamor por nuestro país. Si se atreven a experimentar con las vacunas para los niños mexicanos, nuestros niños, qué no harán con asuntos.
Por eso el desasosiego cunde, la tristeza profunda invade, la desconfianza corroe el alma. Son capaces de todo.
No hacen patria, sino todo lo contrario, la destruyen.
Excélsior