La fuerza fantasma

Eric Rosas

Es conocido que toda fuerza ejercida sobre algún cuerpo ocasiona un cambio en su estado de reposo o movimiento que termina provocando una aceleración. Sin embargo, Gaspard-Gustave de Coriolis, nacido el 21 de mayo de 1792, identificó algunas circunstancias en las cuales los objetos resultan acelerados sin que para ello intervenga fuerza alguna o, dicho de otra forma, a veces se generan fuerzas ficticias a consecuencia de la complejidad de la dinámica de algunos movimientos, como el rotatorio. Estas fuerzas no existen en realidad, sino que sólo se sienten como tales a consecuencia de la inercia generada sobre los cuerpos por el movimiento, pero de igual manera causan una aceleración en los objetos.

El caso estudiado por De Coriolis es el que todos hemos experimentado de niños cuando en algún momento intentamos caminar sobre un tiovivo en rotación. En el momento en el que el carrusel se encuentra girando y nosotros tratamos de acercarnos hacia su borde, sentimos como si nuestro cuerpo fuera más pesado. Por el contrario, cuando caminamos hacia el centro para alcanzar el eje de rotación, pareciera que somos más ligeros que antes. Esta apariencia en el aumento o decremento del peso evidentemente no es real, sino sólo producto la inercia del movimiento rotacional.

El mismo efecto, conocido como el Efecto Coriolis, sucede cuando un misil se dispara desde la línea ecuatorial en dirección al Norte, digamos, paralelamente a algún meridiano. En este caso, el efecto de rotación de la Tierra, que gira siempre hacia el Este, hace que el proyectil gane cierta aceleración a causa de la inercia rotacional. Esta aceleración se manifiesta en una inclinación hacia el Oriente, misma que le hace caer mucho más hacia el Este de la posición a la que fue apuntado. Por el contrario, si el artefacto se dispara también en línea perpendicular al Ecuador, pero ahora hacia el Sur, entonces el proyectil ganará una aceleración en sentido contrario a la rotación terrestre, que lo hará caer más al Oeste del sitio al que fue lanzado.

El Efecto Coriolis causa que las concentraciones nubosas roten en sentido de las manecillas del reloj si se encuentran en el hemisferio Norte y lo hagan en sentido antihorario desde el Ecuador hasta el Polo Sur; fenómeno que se reproduce en los huracanes, tifones o ciclones, así como en las corrientes marítimas y vientos. Aunque se cree que la aceleración generada por el Efecto Coriolis provoca también que el agua de los retretes gire en sentido horario en el hemisferio Norte y en el opuesto en el Sur, en realidad aquí el efecto inercial es muy reducido, por lo que el giro está determinado predominantemente por el diseño del excusado… y así, la luz se ha hecho.