Tang Yu. CEO robotina que contrata y despide ejecutivos

La primera CEO no humana ya dio sus primeros resultados: luego de siete meses de haber asumido el cargo, la “señorita Tang Yu” logró que las acciones de la empresa china NetDragon Websoft crecieran casi 20 por ciento. La eficiencia de esta entidad de inteligencia artificial ha generado revuelo en el mundo corporativo, tanto que Elon Musk y miles de expertos acaban de pedir hacer una pausa de seis meses en el desarrollo de este tipo de tecnología.

A medida que los sistemas de inteligencia artificial aumentan sus capacidades fascinan al mundo, los profesionales de áreas donde se requieren habilidades creativas, investigativas, de relaciones personales y de toma de decisiones han querido pensar que los empleos que estos desarrollos ponen en riesgo solo son los de trabajadores que desempeñan tareas manuales o básicas.

Modelos de lenguaje como ChatGPT y otros que producen imágenes y música y escriben código, no obstante, demostraron que creadores e investigadores ya pueden poner sus barbas a remojar, en tanto que los directivos de sus empresas estudian cómo valerse de los avances para reducir costos.

Aunque probablemente no se han dado cuenta de que también están ya en la mira: los sistemas de inteligencia artificial ya están tomando decisiones como contratar o despedir humanos.

En realidad, poca gente lo sabe. Todavía en diciembre de 2022, un informe de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) concluyó que el de los altos ejecutivos es el segundo empleo con menores probabilidades de ser automatizado después del de los ministros de culto religioso y por encima de los de abogados y jueces, científicos sociales y gerentes de ventas.

La demostración de que esto puede ser una ilusión está en China, pues lo que hace solo unos meses parecía una extravagancia publicitaria sin contenido real, está dando importantes resultados materiales: la empresa china NetDragon Websoft, con 2 mil 100 millones de dólares anuales en ventas de videojuegos, fue la primera gran compañía en nombrar como CEO a una robotina llamada “señorita Tang Yu”, la cual se presenta con la imagen de una joven en traje ejecutivo. Sus tareas son mejorar la calidad de las tareas, el flujo de procesos y la velocidad de ejecución y de manera destacada valorar el desempeño de los empleados para “jugar un rol crítico en el desarrollo de talentos y asegurar un lugar de trabajo eficiente”.

Tras la designación en agosto de 2022, NetDragon en un principio pareció resentir el cambio en su cotización en la bolsa de valores de Hong Kong, con una dramática caída que llegó a alcanzar un 20 por ciento en octubre.

Pero desde entonces no solo recuperó todo su valor, en enero de 2023, sino que ha seguido subiendo y al iniciar marzo estaba 18.2 por ciento arriba de cuando “tomó posesión” Tang Yu. En comparación, en ese mismo periodo, el mercado de Hong Kong perdió un 2.8 por ciento.

Es una flamante directora con ventajas evidentes: no duerme, no toma vacaciones, no se queja y su sueldo en cualquier moneda es cero.

ChatGPT no quiso dejar dudas de que no tiene intenciones de competir en ese campo. No solo respondió circunspecto a la pregunta “¿Vas a reemplazar a los directores ejecutivos de las empresas?”, con la respuesta “No tengo la capacidad de reemplazar a los directores ejecutivos de las empresas ni de tomar decisiones empresariales”, sino que se tomó la libertad de ponerle un nombre tajante a la conversación: “No cambio CEO’s”. Es decir: al construir ese título, tomó una decisión no originada en los parámetros que introdujo MILENIO. Un gesto más propio de un CEO que de un sistema sin conciencia ni voluntad.

Pero se refería a sí mismo. Cuestionado específicamente sobre el caso en cuestión, admitió que “en teoría, una inteligencia artificial podría tener éxito como CEO de una empresa como NetDragon Websoft, siempre y cuando esté diseñada para hacerlo”. Tal sistema, continuó, “tendría la capacidad de procesar grandes cantidades de datos y tomar decisiones basadas en información precisa y detallada. También podría analizar y prever tendencias del mercado de manera más eficiente que un ser humano, y tomar decisiones más rápidas y precisas. Además, podría ayudar a identificar y solucionar problemas en la empresa, optimizar la eficiencia y aumentar la productividad”.

Sus puntos débiles, en cambio, serían la falta de “visión estratégica a largo plazo” y de capacidad “de empatizar con los empleados y los clientes”, por lo cual “es posible que aún se necesite la supervisión humana y el liderazgo para garantizar el éxito a largo plazo”.

El matiz es relevante: “Es posible” que aún se necesite a los humanos. Y evidentemente, ninguno de ellos puede garantizar tal éxito. Pero sí que va a cobrar.

El interés de las grandes empresas por colocar tareas gerenciales importantes en manos de una inteligencia artificial proviene también de los altos costos humanos. Un estudio del Economic Policy Institute, de octubre de 2022, encontró que los salarios de los CEO’s de las 350 mayores compañías de Nueva York se han ido a los cielos en relación con los sueldos de los empleados: en 1965, un CEO en promedio solía ganar lo que 20 de sus trabajadores; en 1989, el equivalente a 59 laborantes; en 2021, igual que 399 de ellos.

Sin asegurar éxito alguno. En 2021, el jefe de Warner Bros. Discovery, David Zaslav, ganó 247 millones de dólares en compensaciones y al año siguiente fue nombrado “el peor CEO de 2022” por una serie de errores que hizo caer las acciones un 37 por ciento. Chris Nassetta, de Hilton, obtuvo 55.9 millones con pérdidas de la empresa por 720 millones. Y el de Boeing, David Calhoun, recibió 21.1 millones a pesar de reportar pérdidas por 12 mil millones y anunciar el despido de 30 mil trabajadores.

Así es que el incentivo para reemplazar a un CEO por una inteligencia artificial puede ser algo mayor que el de sustituir a un empleado (…) quizás tanto como a 399 de ellos.

Milenio