En Oaxaca repudian paso de indocumentados; discurso de odio

La creciente presencia de personas migrantes en tránsito por la capital y periferia de Oaxaca ha dado paso a un discurso criminalizante por parte de algunos habitantes que se suma a la discriminación por el color de piel, transgresión de derechos y violencia en su ruta por el territorio nacional a Estados Unidos.

En fecha reciente, una supuesta noticia con el título: “Migrantes desestabilizan y delinquen en la capital”, circuló en redes sociales llamando a repudiar a “los extraños” que duermen en la calle, que piden comida, y “qué pasaron de mendigos a delincuentes”.

El texto asocia la migración a la delincuencia e inseguridad.

“Paisano oaxaqueño: Si un migrante de color (negro), se acerca a tu vehículo, en un semáforo, sube las ventanas. Estos despreciables sujetos ya han asaltado a muchos conductores y hasta se han robado los carros”.

Los mensajes de rechazo a la estadía de las personas migrantes convocan a “alzar la voz”, “organicémonos”, “no permitamos que extranjeros sin escrúpulos nos metan miedo y nos quiten nuestra tranquilidad”.

En este contexto, vecinos de las colonias Libertad y Centro Histórico, aledañas al mercado de abasto y a la terminal sur de autobuses foráneos, decidieron agruparse en tandas para impedir que migrantes en condición irregular acampen en camellones o jardineras.

Los colonos se oponen a la presencia de los migrantes en tránsito, pues argumentan, acarrean problemas de salud pública e inseguridad en su entorno, y de paso acusan al alcalde de Oaxaca, el morenista Francisco Martínez Nery, de evadir responsabilidades con el argumento de que “se trata de un asunto de competencia federal”.

Ante la situación de vulnerabilidad de las personas extranjeras, la iglesia católica abrió temporalmente las puertas de la Casa Parroquial del templo Felicitas y Perpetua para cobijar a las y los migrantes originarios de Colombia, Ecuador, Guatemala, El Salvador, Cuba, Honduras, entre otras nacionalidades.

Excélsior