Ríp Van W.
Estos tres abogados son un ejemplo típico de la persona militante de la autollamada “cuatrote”.
Merecen adjetivos que no pienso ocuparme en repetir pero que quienes lean estas líneas sabrán atribuirles.
Sin embargo, vienen a cuento porque convertidos en una suerte de arietes de quien habita en palacio nacional, han vuelto a la palestra rasgando sus vestiduras en defensa del proyecto personal de quien obedecen.
En algún gozaron de una aceptable reputación pero a cambio, no se sabe con claridad de qué, se han prestado a jugar un papel del que esperan no rendir cuentas algún día.
El primero, se especula tiene prometida la secretaría de gobernación, para el caso de ganar Claudia Sheimbaum la presidencia de la República. La segunda, tiene una hija magistrada federal a quien se considera quiere doña Olga mirar como ministra promotora de la 4t en el mismo supuesto de que en la contienda electoral gane la candidata presidencial oficialista. Y el último tiene un hermano que mal gobierna el estado de Zacatecas y una hija que aspira a administrar la delegación Cuauhtémoc en la bella y muy sufrida ciudad de México.
Y con esos sendos deseos bajo el brazo, los en algún momento respetables profesionistas han bajado a los sótanos de la dignidad para defender lo indefendible hasta el oprobio.
Hay una hermosa frase que se le atribuye a ese egregio mexicano Ignacio Manuel Altamirano, que dice: “Estoy pobre porque no he querido robar. Otros me ven desde lo alto de sus carruajes tirados por frisones, pero me ven con vergüenza. Yo los veo desde lo alto de mi honradez y de mi legítimo orgullo. Siempre va más alto el que camina sin remordimientos y sin mancha”.
Los aquí nombrados, como en la frase de Ignacio Manuel Altamirano, van en carruaje alto y elegante tirado por hermosos caballos pero tendrán que vivir con vergüenza, porque lo que han venido haciendo para alcanzar el favor presidencial, es algo que sonroja a cualquier persona que conozca la dignidad.
No solo se han traicionado a sí mismos sino le han dado la espalda al país al que se deben, a cambio de las migajas de poder que esperan les lance el gran corruptor.
El juicio de la historia los espera inexorable.
