Dante Delgado y Ricardo Monreal

Rip Van W.

A estos dos viejos políticos los une su pasado priista y la forma de hacer política… y tienen en común otra cosa más.

El primero padeció en carne propia los embates del poder en lo que podría ser una especie de autofagia; pues, como resultado de su renuncia al PRI para conformar su propio partido, sufrió represalias que lo llevaron a padecer prisión; la cual solo pudo solucionar, superar o vencer a través de la justicia federal que le amparó en contra de los jueces y magistrados “de consigna” que lo mantuvieron preso más de un año.

El segundo no vivió un escenario tan drástico pero, un personaje de su círculo cercano, el veracruzano José Manuel del Río Virgen, fue apresado en el “citlahuato” y mantenido como Delgado Rannauro en el penal de la congregación de Pacho Viejo, hasta que, igualmente, un juez federal lo liberó de las fauces de los jueces locales sometidos a los caprichos del tristemente célebre morenista Cuitláhuac García Jiménez.

Lo anterior viene a cuento porque, el primero de los nombrados, en repetidas ocasiones ha salido en defensa de la Suprema Corte de Justicia de la Nación y del Poder Judicial de la Federación, porque confía en las personas que conforman a la primera y al segundo, reconociendo que son gente preparada, entregada al servicio público, honesta, decente y esforzada. En cambio, el segundo no ha desaprovechado oportunidad para atacar a la Suprema Corte de Justicia de la Unión y al Poder Judicial de la Federación, pese a que tiene botones de muestra de la imparcialidad e independencia de este último (lo cual no se dice solo por el aludido caso de José Manuel del Río Virgen sino porque cuando lo acusaba de traidor y cobarde la también morenista Layda Sansores, un juez federal le concedió la suspensión provisional para evitar los ataques de ésta).

Pero, además de su pasado priista y de las experiencias que han tenido con el Poder Judicial de la Federación, ambos políticos tienen una tercer coincidencia y es que son conocidos porque han sometido los intereses nacionales a los personales.

Próximamente se verá cuál es la posición que asumen en el embate emprendido por la locomotora morenista en contra del Poder Judicial de la Federación, que cometió el pecado de no complacer al emperador que aún habita en el Palacio Nacional.

No extrañaría que, fieles a sus principios, intenten privilegiar de nueva cuenta sus intereses personales sobre los intereses de la república, pero la esperanza muere al final. Ojalá que uno de los dos o ambos, tengan la decencia y la gallardía de “dar la cara por México”. Ya lo estaremos constatando y comentando pronto.