En un inesperado giro de eventos digno de una película de acción, dos líderes del narcotráfico mexicano fueron arrestados cuando intentaban cruzar ilegalmente la frontera en un avión de hélice. Joaquín Guzmán López, hijo de ‘El Chapo’ Guzmán, y el veterano traficante Ismael ‘El Mayo’ Zambada, fueron detenidos en un pequeño aeródromo cerca de El Paso, Texas, en una operación sorpresa de las autoridades estadounidenses.
Guzmán López, quien había estado en conversaciones con las autoridades estadounidenses para rendirse, engañó a Zambada para que abordara el avión con él, haciéndole creer que iban a ver propiedades inmobiliarias en el norte de México. La captura de Zambada, quien cofundó el Cártel de Sinaloa y es considerado uno de los traficantes más importantes de la historia de México, fue una sorpresa total para muchos funcionarios.
“El Mayo fue la cereza del pastel”, declaró un funcionario estadounidense que prefirió permanecer en el anonimato. La inesperada traición de Guzmán López a Zambada ha sacudido el mundo del narcotráfico, desatando temores de una sangrienta fisura en el Cártel de Sinaloa.
Guzmán López, de 38 años, es uno de los cuatro hijos de ‘El Chapo’ Guzmán conocidos como ‘Los Chapitos’, quienes heredaron la facción del cártel de su padre. En contraste, Zambada, de unos 70 años, ha sido un astuto operador en las sombras. Ahora, ambos se enfrentan a múltiples cargos de narcotráfico en Estados Unidos.
La detención de Zambada y Guzmán López subraya la presión intensificada de las autoridades estadounidenses sobre los líderes del narcotráfico, especialmente en el contexto de la crisis del fentanilo que ha causado miles de muertes en Estados Unidos.




