Este domingo 28 de julio, Venezuela se encuentra en una encrucijada histórica. Nicolás Maduro y la oposición se preparan para una elección que podría cambiar el destino del país. El internacionalista Ronal Rodríguez señala que ambos bandos están convencidos de su victoria, lo que podría desencadenar un conflicto violento si el resultado no es el esperado.
Maduro, quien busca su segunda reelección consecutiva, ha sugerido que una derrota podría llevar a un “baño de sangre” y una “guerra civil”. Estas declaraciones han sido repudiadas por líderes internacionales como Lula da Silva de Brasil, quien ha instado a Maduro a respetar los resultados electorales.
La oposición, liderada por Edmundo González Urrutia, cuenta con el respaldo de encuestas que le dan una ventaja significativa sobre Maduro, con niveles de impopularidad del gobernante chavista superando el 70%. La oposición ha desplegado 90 mil testigos en las mesas de votación para asegurar la transparencia del proceso.
Mientras tanto, la tensión se intensifica en Caracas, con reportes de acoso a dirigentes opositores y un aumento en la actividad diplomática. Líderes de América Latina están presionando para evitar una escalada de violencia y garantizar una transición democrática.
Este domingo, todos los ojos estarán puestos en Venezuela. ¿Podrá el país superar sus divisiones y encontrar un camino hacia la paz y la democracia? La respuesta está en manos de sus ciudadanos y en cómo responda el régimen de Maduro a los resultados.




